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sábado, 14 de enero de 2017

Las contraseñas más cachondas

En muchos locales informan mediante un cartel pegado a la pared. 
En otros no queda más remedio que preguntar al camarero «¿me puedes dar la contraseña de la wifi?» Normalmente es el nombre del bar y algún número, pero las hay originales y divertidas.
Pablo Portabales / La Voz, 14/01/2017
M.MORALEJO
La respuesta me dejó helado. «Estoy harto de que me la pidan», contestó el dueño del bar. Al ver que mi cara se quedaba como un router apagado y antes de que le pudiese explicar que era un periodista necesitado de conectividad añadió «estoyhartodequemelapidan, todo junto y con minúsculas». Recuperado del susto tecleé la original contraseña del bar de Patos, Nigrán, donde sucedió esto. Conecté. Hay otras en las que el hostelero aplica la fina ironía a la contraseña, como el bebeypaga de un bar de Ourense, o el pideteuncafé de una cervecería coruñesa. Más sutiles son en otro restaurante herculino: ponmeunchupito y más directos en otro de Betanzos tomatealgo. Hay quien juega con el nombre del establecimiento como tiraoutravez que se utiliza en el Tira do Cordel de Fisterra. En una pizzería de Cedeira la contraseña es lasagnadecarne, aunque ahora no recuerdo si era lasaña. En un restaurante de A Illa de Arousa arrozconbogavante. Y, de nuevo en Betanzos, encontramos un arrozconchicharos. Lo que no suele variar es lo de todo junto y con minúsculas, aunque hay algunas excepciones. En un café de París el hombre de detrás de la barra escribió en un papel una larga palabra en francés cuando un cliente le pidió la clave de wifi. La traducción sería sepideporfavor. En este caso el hostelero indicó en castellano y con gracia francesa, «con mayúsculas».
¿Una O o un 0?
Para no llegar a hartarse de decir claves de acceso a todos los que la solicitan en muchos locales decidieron pegar un cartel con el nombre de usuario y la contraseña. Incluso hay hosteleros que incluyen los datos en la carta. Lo habitual es que sea el nombre de la cafetería y un número, que lo más normal suele ser el año de inauguración del establecimiento. En los bares no sucede como en casa, donde hay que teclear una retahíla de cifras y números, entre ellos los ceros y las oes, que ya podían prescindir de ellas a la hora de hacer estas combinaciones porque siempre te asalta la duda de si es un 0 o se trata de una O. Pero la imaginación está en los bares con contraseñas del tipo noteladoy, nonmeraies o una que tardas un rato en teclear eltoritoenamoradodelaluna. Conectando, leo en el smartphone.

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