LA VOZ 28 de julio de 2015.
Vive en Vigo, pero las cuestas que hay en esa ciudad no le asustan. Manuel Villaverde coge la bicicleta cada día para ir al trabajo. «Soy informático y depende de a dónde tenga que ir, hago más o menos kilómetros. Hace ya unos 7 u 8 años que la uso como medio de transporte y tiene muchas ventajas. Evitas los atascos de tráfico, es económico y haces ejercicio», explica. No es el único que en los últimos años ha cogido el hábito de desplazarse en bicicleta por la ciudad. No hay estadísticas oficiales actualizadas, pero el último barómetro de la bicicleta elaborado por la Dirección General de Tráfico (DGT) 2011 constataba ya un incremento del uso de ese vehículo para desplazamientos cotidianos al doblarse el número de usuarios desde el 2008.
La tendencia, como apuntan tanto los que la usan como algunos concellos consultados, parece haber ido en aumento a lo largo de los últimos cuatro años. «Cada vez se ve máis como medio de transporte», aseguran, por ejemplo, desde el concello de Pontevedra. Y desde el colectivo vigués A Golpe de Pedal dicen que «hay un montón, cada año más».
Lo que no han logrado todavía del todo las ciudades gallegas es adaptar sus planes de movilidad a esa nueva tendencia. Porque aunque los gobiernos locales están de acuerdo en fomentar su uso, no hay infraestructuras que favorezcan la utilización. Algunas como A Coruña, Ourense o Pontevedra han comenzado a hacerlo, pero los pasos que han dado aún no son suficientes. «Hay muchas zonas en las que están segregadas al espacio por el que va el peatón, lo que debería haber en la calzada son indicadores que protejan al ciclista. Eso es fundamental», explican desde A Golpe de Pedal.
Otras ciudades aún tienen mucho camino por recorrer. El debate ahora gira en torno a qué alternativa es mejor: Fomentar el carril bici o integrar ese medio de transporte en la calzada por la que van coches o motos como hace Pontevedra y ahora pretende Santiago. De hecho, la normativa actual indica que a falta de vía específica para ellas, han de ir por la calzada.
A Coruña y Ourense son hasta ahora las dos únicas urbes de Galicia integradas dentro de la Red de Ciudades por la Bicicleta. La primera, como adelantan fuentes municipales, tiene un carril bici de 15,91 kilómetros que recorre el paseo marítimo y otro que va desde la avenida Glasgow a la Universidad. Un problema es que en el caso del paseo muchos peatones pasean por la zona de bicicletas. A Coruña trabaja ahora en la elaboración de dos convenios como Mobi-liza y el Club Ciclista Riazor para, entre otras cosas, organizar cursos de seguridad vial y movilidad sostenible.
El fomento del uso de este medio de transporte pasa también por hacer realidad el proyecto coordinado por la Diputación coruñesa que uniría A Coruña con concellos del área metropolitana como Arteixo, Cambre, Culleredo y Oleiros con un carril-bici de unos 70 kilómetros. La intención del concello es retomar el plan para hacerlo realidad.
Pero no es el único gran proyecto de carril para bicicletas que está parado. Hace más de dos años el concello de Lugo encargó un Plan de Movilidad a una empresa catalana que incluía la puesta en marcha de decenas de kilómetros de carril-bici. No existe rastro aún.
En Vigo tampoco hay una vía solo para bicicletas. Solo hay tres pequeños tramos en parques o zonas ajardinadas. Lo normal es verlas circular por las aceras anchas de las calles humanizadas, aunque no podrían hacerlo.
En Ferrol hay tres zonas urbanas en A Malata, Esteiro y Caranza que lo tienen. Son 8 kilómetros que se suman a otros 5 que hay en la zona rural de Covas, Esmelle, San Xurxo y Doniños.
Mucho más reducido es el carril bici que hay en Santiago. Solo 800 metros en el polígono de Fontiñas que apenas se usan. El nuevo Gobierno no pretende ampliarla, lo que busca son medidas para integrar el uso de ese medio de transporte dentro de la movilidad general. Una idea que ya se está llevando a cabo en Pontevedra, donde sobre todo tiene preferencia el peatón.
El servicio de alquiler municipal fue retirado en Pontevedra, Lugo y Santiago
Hace unos años varios concellos de Galicia apostaron por la puesta en marcha de un servicio de alquiler de bicicletas municipal como medio para fomentar su uso y hacer los desplazamientos más sostenibles. Parece que ahora solo los de A Coruña, Ourense, Ferrol y Narón continúan con éxito. El pasado mes de junio en A Coruña fueron registrados un total de 22.938 usos, frente a los 17.484 del mismo mes del año anterior.
En cambio otras ciudades como Santiago, Pontevedra o Lugo al final optaron por suprimirlo, al igual que otros concellos de áreas metropolitanas como es el caso de Culleredo.
¿Por qué los suprimieron?
Las razones de por qué no tuvo éxito este tipo de servicio son varias. El elevado coste y escaso uso por parte de los vecinos fueron las razones que llevaron al gobierno del PP a suprimir en Santiago en el 2013 el servicio puesto en marcha en el 2008 por el Gobierno de Sánchez Bugallo (PSOE). Pero esas mismas razones son las que aduce el concello de Pontevedra, gobernado por el BNG, para justificar que allí también se haya retirado.
Distinta parece la razón que llevó al concello de Lugo a suspenderlo, aunque parece que ahora quiere retomar la idea. Hace años había instalado cinco bases para bicicletas, pero la mala gestión empujó al concello a suprimirlo. Ahora hay una alternativa que funciona en la Universidad por temporada.
Luego hay otras ciudades como Vigo o Monforte donde tampoco no se puso en marcha este servicio.
Información elaborada por E.G. Souto, M.J.Fuente, M.Cedrón, R.Novoa, I.Carballo, D. Vázquez, E. Silveira, C. Agulló, T.Silva y C. Cortés.
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