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miércoles, 29 de julio de 2015

Sultán del «swing», apóstol del rock

Una banda de siete músicos escoltará esta noche a Mark Knopfler, que interpretará clásicos como «Romeo y Julieta» y «Telegraph Road»
Roberto Pazos, A. A.    29 de julio de 2015.
CRISTINA QUICLER | AFP
El peculiar sonido de unos riffs de guitarra anuncia la inminente llegada de Mark Knopfler. Tras cinco años de ausencia, el intérprete y compositor escocés regresa esta noche a Santiago de Compostela para presentar su último trabajo discográfico, Tracker.
A sus 65 años, el que fuera líder de Dire Straits se encuentra inmerso en una gira que ya le ha llevado a más 13 países europeos. En la recta final de su periplo se ha dejado ver por España: Huesca, Ávila, Sevilla y, ahora, el Multiusos Fontes do Sar. Las previsiones de la organización hablan de unas ocho mil personas. El público podrá reunirse con su ídolo a partir de las 22:30, hora de inicio del concierto. Poco antes, a las nueve de la noche, se abrirán las puertas.
Flauta y violín
¿Con qué se van a topar los fans en esta actuación? Principalmente, con un recital que se hace corto. En poco menos de dos horas, el genio de Glasgow da buena muestra de su destreza con la guitarra. «Una ejecución brillante y un sonido espectacular», estos son los dos factores que, a ojos de Mercedes Pazos, resumen esta gira. Ella acudió al concierto que Knopfler ofreció en el Festival Pirineos Sur (Huesca) el pasado viernes y desgrana para La Voz las claves del espectáculo.
El artista está acompañado en todo momento por una potente banda de siete músicos e incluye instrumentos menos recurrentes, como el violín, el contrabajo clásico o la flauta.
Con una puesta en escena sobria, el ganador de varios Grammy propone una velada en la que se alternan temas del último álbum -los menos- con otros de su carrera en solitario y de Dire Straits.
El setlist despega con Broken Bones, un blues perteneciente aTracker. Solamente figuran dos temas de ese octavo trabajo en solitario, que explora una vertiente más folk, cargada de reminiscencias celtas y del country americano.
Pero desde el inicio se suceden otros títulos representativos de su carrera como solista y que dan continuidad a esa faceta menos roquera, como son Privateering, Father and Son o Hill Farmer?s Blues.
El estallido se produce cuando afloran los clásicos de Dire Straits. Es en ese momento cuando Mark Knopfler da la razón a todas esas voces que lo distinguen como uno de los mejores guitarristas del mundo. Su singular técnica de arpegiar el instrumento sin una púa alcanza el cénit en Romeo y Julieta o en el himno roquero Sultans of Swing. Tras la emoción que brindan los temas antiguos más movidos, se repone la calma en una oferta musical en la que «destacan melodías suaves», como apunta Mercedes Pazos. El resultado, una placidez que invita a rememorar lo vivido con los grandes temas del escocés. «A mi hijo, de 14 años, le hacía gracia que las parejas se abrazasen al oírlos, supongo que no se imaginaba lo que esa música ha supuesto para muchas personas».
Turno para las baladas
Baladas como Haul Away y She?s Gone / Your Latest Trick, donde despunta el saxo de Nigel Hitchock, encaminan al espectador hacia la recta final de un recital que «se aleja mucho de lo que podría considerarse un concierto al uso», asegura Mercedes Pazos, que insiste en que «es un espectáculo para los seguidores de toda la vida».
Con todo, echó en falta que el de Glasgow se mostrase «un poco más participativo». Telegraph Road parece augurar la conclusión del evento, si bien, reserven aliento para clamar por los bises. Su esfuerzo se verá recompensado. Así ha sido al menos en las actuaciones precedentes. Cuando suene Going Home, el tema deLocal Hero con el que acaban en teoría sus conciertos, empiecen a soñar; será entonces cuando se aproxime el desenlace.

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