J. V. Lado / La Voz, 14 de julio de 2015.
Contó con el golpe de suerte inicial de que nada menos que Miguel Indurain y Claudio Chiapucci le hicieron de padrinos en el estreno de O Ézaro y estos días está recorriendo media Europa con su particular invento que se acciona con un movimiento oscilante simultáneo de pies y brazos.
Ayer por la tarde estaba en Amsterdan, la capital holandesa, realizando una presentación, porque tan importante fue construir el ciclo como ahora venderlo y, sobre todo, conseguir financiación a través de una fórmula de micromecenazgo para empezar a producir en serie y que los más de 3.000 euros del prototipo, construido con la ayuda de la carpintería metálica GERCA de Vilaseco, se queden en bastante menos dinero.
Como no podía ser de otra manera a tenor de la afición que allí existe, según explica Trillo desde Holanda, en los Países Bajos están teniendo una «aceptación moi boa», como ya pudo comprobar durante estos días previos por Bélgica, donde no se toparon con problema alguno para circular. Caso muy distinto al de París, porque según cuenta el entusiasmado padre de la criatura resulta «moi complicado moverse entre tanta xente». Eso sí, la gran presencia de público también aumenta el impacto y la curiosidad porque gente que se interese por el ciclo y que quiera subirse en el para la foto no les falta.
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