DPA, 13 de julio de 2015.
Hace 20 años, tras años de investigación, científicos del Fraunhofer-Institut für Integrierte Schaltungen, en la localidad de Erlange, en Baviera, presentaban un nuevo formato de música digital, cuyo nombre resultó curioso desde un primer momento: MP3. Esta denominación respondía a una abreviatura de su complejo nombre técnico MPEG Audio Layer 3. Los científicos consiguieron comprimir datos de audio de forma que la música digital ocupase menso espacio a la hora de almacenarla que antes. El desarrollo de esta técnica llevó a que el iPod se impusiese, que los Cds fuesen olvidados, que los cassetes pasasen a ser auténticas reliquias y que la industria musical sufriera un vuelco brutal.
«El sueño de cualquier científico es desarrollar algo que sea últil para la humanidad», dijo Karlheinz Brandenburg. El ingeniero electrónico y matemático desarrolló junto a sus colegas Harald Popp y Bernhard Grill, el proceso de compresión de datos y de audio en un archivo MP3. «Soñábamos entonces con una radio digital y millones de usuarios. Ahora son muchos miles de millones los aparatos que trabajan con el formato, lo que supera ampliamente el sueño de entonces», dijo. Cuando estos 8 investigadores del equipo del Fraunhofer consiguieron el avance técnico, desconocían como sería la respuesta del mercado. Al inicio fue todo «muy difícil», dijo Popp.
Los pesimistas se preguntaban si existiría un dispositivo capaz de reproducir música en formato mini. En un inicio, los planes eran que un codificador-software convirtiese la música en formato MP3. Estaba pensado sobre todo para la industria musical e iba a resultar caro. Pero en 1997, un estudiante australiano compró un programa similar, examinó el mecanismo y colgó en la red un codificador libre para todos. «Él cedió nuestro modelo de negocio», lamentó Brandenburg en una entrevista con la radio estadounidense NPR 2011. A partir de ese momento, cualquier CD podía transformarse en MP3, que no era demasiado pesado para las lentas conexiones a Internet de aquel momento.
En el año 1998, salieron al mercado los primeros reproductores de MP3. Pero sólo cuando el presidente de Apple, el fallecido Steve Jobs, presentó en 2001 el primer iPod, comenzó a imponerse el MP3 como reproductor de música. En tanto, prácticamente cualquier teléfono inteligente graba datos en formato MP3. Ese nuevo formato cambió en aquel momento la vida de muchos amantes de la música, ya que podían escuchar sus canciones favoritas de la forma más sencilla, sin estar pendientes de los CDs, ni de guardarlos en sus cajas. De una forma bastante simple, los usuarios tenían la posibilidad de unir sus canciones favoritas y de meterlas en un album, lo conocido como playist (lista de canciones).
Este invento revolucionario no se limitó solo a los reproductores musicales, si no que también posibilitaba la escucha de música en Internet. Karlheinz Brandenburg ingresó el año pasado en el Salón de la Fama de Internet como codescubridor del MP3. Gracias al MP3, el envío y copia de música se convirtió en más fácil. Pero estas facilidades, como no podía ser de otra forma, desembocaron en abusos: en 1999 arrancó la plataforma de intercambio de archivosNapster online. Dos años después se habían intercambiado en la plataforma 2.000 millones de canciones (en su mayoría ilegal).
Como no podía ser de otra manera, el MP3 también tiene susdetractores. Muchos aseguran que el formato empeora la calidad de la música, ya que, con el proceso de comprensión, el espectro de tonos se pierde, debido a que el margen de frecuencia en una canción se reduce. Los científicos aprovecharon en este sentido las propiedades del oído humano, ya que con el MP3 suenan especialmente bien las partes de la música que el ser humano oye con claridad. Si por ejemplo una flauta se impone por encima de una trompeta, tras la compresión la flauta suena menos. Se filtran todos los tonos a los que se pueden renunciar, por lo que se ahorra en datos.
Unicamente, las personas con un oído muy fino, son capaces de debatir sobre la pérdida de calidad de sonido con la compresión. Para el resto de los mortales, estas perdidas con imperceptibles, sobre todo cuando si se utiliza una elevada velocidad de transmisión de datos en la música. La calidad del sonido depende también de otros factores, como los altavoces, amplificadores o auriculares que se empleen.
La evolución de la compresión de audio, ha dejado atrás la era del reproductor MP3. Actualmente, para escuchar música cuando uno se desplaza, no se necesita mucha capacidad de almacenamiento, sino ancho de banda para el streaming. Y también, en este sentido, el descubrimiento alemán desempeña un papel considerable: «El MP3 no es sólo para la música en el PC», afirma Grill. Más bien es un formato estándar de música para todo. «En la actualidad probablemente hay activos decenas de miles de servicios de streaming con MP3». El resto emplea en su mayoría formatos como el AAC (sucesor del MP3) y que también lo desarrolló Grill y sus colegas.
Como se entiende que en el futuro se dispondrá de un ancho de banda mayor, los expertos se preguntan cuando el MP3 se quedará en un segundo plano por el avance de otros formatos. Después de todo, los amantes de la música pueden quedarse tranquilos de que las canciones en MP3 no se han quedado obsoletas. El coinventor del MP3 augura que dentro de 100 años se podrán escuchar los datos de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario