EUROPA PRESS 28 de septiembre de 2015.
DON DIXONERIK STURKELL, UNIVERSIDAD DE GOTEMBURGO / Recreación artística del impacto |
Investigadores de la Universidad de Gotemburgo han encontrado rastros de dos enormes impactos de meteorito en el condado sueco de Jämtland, una insólita doble colisión producida hace 460 millones de años.
Los investigadores descubrieron dos cráteres en Jämtland. Uno de ellos es enorme, mientras que el otro es una décima parte del tamaño del primero. «Los dos impactos de meteorito se produjeron al mismo tiempo, hace 458 millones de años, y formaron dos cráteres», ha indicado Erik Sturkell, profesor de Geofísica de la Universidad de Gotemburgo.
Sturkell y sus colegas dieron con el primero de los cráteres de 20 kilómetrtos de diámetro al sur de Östersund en Brunsflo. Se trata de un agujero enorme, con un diámetro de 7,5 kilómetros. El cráter más pequeño se encuentra a 16 kilómetros de allí y tienen un diámetro de 700 metros.
No fueron los únicos que golpearon entonces la Tierra. «Hace unos 470 millones de años, dos asteroides chocaron en el amplio cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter y muchos fragmentos fueron arrojados fuera en nuevas órbitas. Muchos de ellos se estrellaron en la Tierra, tales como los de Jämtland», ha explicado Erik Sturkell.
Lo que hoy es Jämtland se encontraba bajo el mar, con una profundidad de 500 metros en el punto donde dos los meteoritos cayeron simultáneamente. Este es el primer doble impacto en la Tierra que ha sido demostrado de forma concluyente. «La información de las operaciones de perforación demuestran que idénticas secuencias están presentes en los dos cráteres y los sedimentos sobre las secuencias de impacto son del mismo tiempo. En palabras, se trata de impactos simultáneos», dice Erik Sturkell.
El agua bajó durante el impacto y aquellos enormes cráteres se secaron por completo. «El agua volvió rápidamente, trayendo consigo fragmentos de los meteoritos mezclados con material expulsado por la explosión y por la gigantesca ola que arrancó esa parte del lecho marino», ha añadido Erik Sturkell.
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