VdG / 28 de septiembre de 2015.
ana garcía |
La luna casi llena en lo alto, en medio de la noche muy clara, y un manto de nubes y broma a los pies: así estaba el paisaje que se podía ver en la madrugada del sábado al domingo, sobre las cuatro de madrugada, desde el mirador de O Ézaro. Si ya de día ofrece una de las mejores panorámicas de la Costa da Morte, las nocturnas no le van a la zaga si se captan en el momento justo. La niebla, por cierto, cubrió el sábado toda la costa gallega. Algunos visitantes que se acercaron hasta O Ézaro para ver la última jornada de la iluminación de la cascada desistieron al comprobar que la visibilidad era nula a muy pocos metros de distancia.
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