NOVO / LaVoz, 19 septiembre 2016
El tema de la originalidad se nos está yendo de las manos. Tanto que ahora la última moda es fabricar accesorios e incluso objetos decorativos con materiales que en la vida hubiésemos imaginado colgados del cuello, ni siquiera de la pared del salón. Pero en esto de la creatividad ya hemos aprendido que no hay límites. Tablones de Pinterest y perfiles de Instagram comienzan a sustituir el macramé por materiales biológicos como leche materna o cordones umbilicales.
De momento la tendencia es discreta, pero ahí está. Padres y madres de todo el mundo comienzan a darle una segunda vida a las reliquias del parto de sus pequeños y a otros elementos, como la citada leche humana. No para fines científicos ni médicos, sino con un propósito puramente estético. La idea es, básicamente, elaborar complementos y recuerdos con materias primas innovadoras, práctica que para algunos no deja de resultar un tanto desagradable. Hablamos de cordones umbilicales disecados, de placentas e incluso de cenizas de seres queridos. Los tratan, los moldean, los colorean y elaboran con ellos diseños vanguardistas y originales.
Predominan las formas de corazón, los mensajes de amor y las estructuras abstractas como elementos ornamentales, mientras que en el caso de la leche materna, la moda se ciñe básicamente a la joyería. La línea Mamma's Liquid Love, por ejemplo, está compuesta por anillos, collares y pendientes que contienen en su interior tal ingrediente. MommyMilk Creations, Sacred Legacy Arts, Iñigo Breast Milk Jewelry and Keapsakes, Mom's own Milk, Life's Journey Jewelry Creations o Hollyday Designs siguen la misma dinámica. Deshidratan y esterilizan la leche y crean una masa, una especie de resina que se moldea para conseguir la forma deseada.
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