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Veneno, gasolina y disparos, tres métodos diferentes para tratar de acabar la plaga de la avispa asiática
C. Pereiro / LA VOZ, 18/09/2016
La avispa asiática o vespa velutina se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para las administraciones. Convertida ya en una plaga, acabar con ella se ve como una tarea reconocida ya como imposible. Toca frenar su avance y retirar y destruir, uno a uno, los nidos que van apareciendo en la comarca. Esta especie de avispa, es un enemigo mortal para las abejas, a las que ataca y devora sin contemplaciones, acabando con poblaciones enteras en pocas horas.
En Cuntis, Protección Civil ha retirado 68 nidos este año. Se enfrentan directamente a la plaga siguiendo el protocolo marcado por la Xunta, aunque adaptado a sus necesidades. «Hai que pensar que os concellos pequenos coma Cuntis teñen que aforrar en medios e gastos para esta loita», explica Miguel Couto, responsable de Protección Civil en la zona. «Cada vez hai máis cantidade de niños, é os avisos que nos chegan tamén se incrementaron».
Tras recibir la alerta, se procede a visitar la localización para comprobar si de verdad se trata de la especie asiática. «É algo sinxelo, faise de forma visual. Como agora xa é algo moi coñecido e sae moito nos medios, a xente chamar cada vez que detecta algo sospeitoso. As veces son especies autóctonas. Nese caso, se non está nunha casa ou moi preito, déixase estar», señala Couto.
Ante un nido de velutina, el equipo de Protección Civil tiene autorización para rociarlo con gasolina si las condiciones lo permiten -no estar en una casa, o situarse a una altura que permita la quema directa-. El Concello también tiene espráis, recomendados por la Xunta -de casi cuarenta euros el bote- , con los que rocían los sacos en los que posteriormente meten los nidos. Si están a una altura que imposibilite su calcinación, se acude de noche, cuando la mayoría de avispas están en el interior, y con una pértiga adaptada se introduce en una bolsa llena de veneno. Posteriormente se traslada a la base del cuerpo de emergencias, y se destruye en el exterior.
Matar avispas a cañonazos
«Nós aínda non o fixemos, pero estamos pensando pedir un permiso para a destrución concreta de dous niños que se atopan a máis de 30 metros», comenta Couto. «A idea sería destruír a rama, e metelo no saco na súa caída. ¿O ideal? Sería ter un dron preparado para estes casos».
Vilaboa utilizó este método a primera hora de ayer para acabar con un nido, aunque el concelleiro de Medio Ambiente, Francisco Costa, reconocía no haber quedado satisfecho plenamente con el método. «Fueron necesarios nueve tiros para su destrucción. Pensamos que estallaría de primeras, pero no fue así», señala. «Por su localización, cercano a viviendas, e incluso una menor alérgica, era el único método que nos quedaba, y como tal está bien, pero habrá que estudiar a medio plazo si reaparece». En este caso, el fin justificó los medios.
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