LA VOZ, 07 de abril de 2015.
El ibuprofeno supone un negocio mensual para las farmacéuticas cercano a los siete millones de euros. El popular fármaco, que se dispensa en las farmacias españolas sin receta, es utilizado de forma habitual y recurrente para calmar el dolor y la inflamación. A pesar de que la Agencia Europea aseguró el año pasado que este medicamento tiene un perfil de seguridad conocido en dosis habituales, su uso no está exento de polémica.
Hace unos meses, el Departamento Vasco de Salud puso en marcha una campaña para advertir de que la dosis segura y adecuada de consumo, para aplacar dolores leves y moderados, es la de 400 miligramos y no la de 600, una de las más comunes. Médicos y farmacéuticos alertaron entonces de que el abuso del Ibuprofeno propicia la aparición, a corto plazo, de problemas gástricos, renales y derrames de sangre en forma de ictus y trombosis
Pero aún hay más. Entre el 2004 y el 2005 fueron retirados del mercado medicamentos antinflamatorios que actúan sobre la enzima Cox2, conocidos como superaspirinas. El caso más sonado fue el del Vioxx. Después de esto y de que la Universidad de Nottingham publicase en elBritish Medical Journalque el consumo de ibuprofeno y de diclofenaco aumentaba el riesgo de padecer un infarto, la agencia británica solicitó a Bruselas un estudio a conciencia que esclareciese si este medicamento tiene o no algún riesgo cardiovascular similar al de los inhibidores Cox2.
Ya en el 2005, la Agencia Europea del Medicamento negó que así fuese. Ahora, de nuevo, retoma el tema con una revisión, por parte del Comité de Evaluación del Riesgo en Farmacovigilancia, del consumo en dosis altas de este fármaco y durante periodos prolongados. Este mes, deberá hacer públicas sus conclusiones.
En España las marcas más vendidas, al margen de los genéricos, son las que llevan el sello de las compañías Abbott -el Dalsy, para niños pequeños, y el Neobrufen- y Zambon -Espidifén-.
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