Xose María Palacios / LA VOZ, 28 de abril de 2015.
Imagen del tractor Fentt que lleva incorporado
un navegador para facilitar ciertos trabajos.
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Al margen de las averiguaciones que se logran con un buscador de Internet, los que en los 80 fueron niños o jóvenes recordarán una serie, El coche fantástico, cuyo protagonista, Michael Knight, salía airoso de muchos trances gracias a KITT. Esa era la denominación de su coche, que en realidad escondía unas siglas pero que sobre todo ayudaba al piloto a salir airoso en misiones complicadas.
Si complicado, en circunstancias muy diferentes, es afrontar todos los trabajos agrícolas que pueden presentarse en una explotación a lo largo del año, algunos ya no necesitan directamente la mano del hombre. Ha llegado el tractor que supone en el campo el equivalente de aquel coche fantástico, que por cierto, y esto es una averiguación conseguida en Internet, era un Pontiac.
Hay tractores que incorporan un GPS mediante el cual no resulta necesario conducir si no se quiere. El vehículo trae un programador en el que se meten unas coordenadas con las que el vehículo, una vez en el lugar preciso, ya realiza las operaciones. Solo hace falta ponerlo en marcha, porque luego funciona solo.
Si Pontiac era la marca de aquel fantástico automóvil, conocido gracias a la serie de televisión Fentt es la marca de tractores equipados con un GPS para evitar trabajos a sus dueños. Uno de los de la serie 7 de estos vehículos, equipados con motores Mann cuya potencia van de los 144 a los 237 caballos, trae el GPS que no supone, sin embargo, un gasto escandaloso para quien lo elige. Fernando Rivas, empresario del municipio de Cospeito que se dedica a la venta de maquinaria y que ha comercializado ya alguno, explica que la incorporación de este programador en un tractor no supone un aumento del precio de más de 5.000 euros.
Además, agrega Rivas, con ese gasto añadido se pueden lograr otros ahorros. En primer lugar, dice, el consumo de gasoil no desciende automáticamente, pero sí se vuelve más preciso con este sistema; en segundo, afirma, el ahorro en mano de obra «es importante».
Cabe la duda de si un tractor equipado con tantos avances y capaz de trabajar de modo autónomo es una inversión a tener en cuenta en una comunidad como Galicia, en donde el minifundio de las parcelas no ha desaparecido todavía del paisaje. Rivas advierte de que el proceso de ejecución de las concentraciones parcelarias han sido un avance para el campo gallego en general y chairego en particular, aunque opina que deberían de estar hechas «en todos los sitios».
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