F. B. F.La Voz, 11 de junio de 2015.
La historia de la moneda de 2,5 euros comienza hace 200 años en el campo de batalla más famoso de la historia. A las afueras de la localidad belga de Waterloo, la unión de las tropas alemanas, británicas, belgas y holandesas, lbajo el mando del Duque de Wellington, lograron parar los pies a la Francia napoleónica, lo que supuso un punto de inflexión indiscutible comenzando así la Europa de la Restauración, un intento de las principales coronas de regresar al Antiguo Régimen frente a las conquistas que había logrado expandir la Revolución Francesa con sus armas.
Para conmemorar este segundo centenario de Waterloo, el Gobierno belga acuñó 180.000 monedas de dos euros con motivos del triunfo. Pero a Francia no le pareció bien, por lo que en marzo se opuso a esta media mediante su derecho de veto, y a sus vecinos no les quedó más remedio que desechar la tirada de monedas. El conflicto diplomático parecía cerrado, pero esta semana Bélgica ha aprovechado un resquicio legal poco conocido que permite a los países emitir monedas de euro coleccionables, siempre y cuando su valor sea diferente al de las ya existentes. Y han vuelto a la carga. Esta vez con una tirada de 70.000 monedas, con valor de 2,50 euros cada una y que están a la venta en algunos establecimientos locales con una funda plastificada por seis euros.
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