LA VOZ 11 de junio de 2015.
Lavarse las manos antes de comer nos va a parecer mucho más importante de lo que nos parecía hasta ahora. Tasha Sturm, técnico de laboratorio de microbiología en un colegio de California, pidió a su hijo de 8 años que saliera al jardín a jugar con su perro durante un rato. Cuando el pequeño entró en casa, la profesora le pidió que colocara su mano derecha sobre una placa de Petri, que previamente había sido esterilizada y rociada con agar (una sustancia que se utiliza como medio de cultivo de microorganismos) y que presionara con suavidad.
Con las pruebas ya sobre el plato de laboratorio, Sturm introdujo el cultivo en una incubadora a 37 grados durante un día entero para después dejarla a temperatura ambiente. ¿El resultado? La prueba gráfica de todo lo que se aloja en nuestras sucias manos cada día, un peculiar «jardín» en el que se alojan millones de bacterias y que ha sido publicado en la web Microbe World.
La mayoría de los microorganismos que aparecen en la imagen son bacilos, mientras que los que aparecen en torno a las huellas dactilares son estafilococos y micrococos y los de color rojo se tratan de bacterias de género serratia. Sin embargo, la expera ha querido quitarle hierro al asunto asegurando que tal nivel de bacterias no es preocupante: «Estar expuesto a estos microorganismos es parte de un sistema inmunitario saludable», explicó.
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