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martes, 24 de febrero de 2015

Un geólogo gallego halla en el fondo marino las otras islas Canarias

La cartografía se utilizará para ampliar la plataforma continental española
R. R. García / la voz, 24 de febrero de 2015.
El Teide, la montaña más alta de España, con sus 3.718 metros, quedará enterrada bajo el mar, al igual que Tenerife y el resto de las islas Canarias. No es una especulación, sino la realidad que dicta la ley de la geología, aunque no ocurrirá hasta dentro de millones de años. La prueba es el hallazgo de las Canarias sumergidas, ocho montañas submarinas que en tiempos fueron islas y que son las precursoras de los actuales enclaves emergidos. Es más, hasta guardan parecidos razonables con las actuales.
El descubrimiento es el producto de cinco años de trabajo y de seis campañas de exploración y cartografía de los fondos marinos desarrolladas en el marco de los estudios para solicitar ante la ONU la ampliación de la Plataforma Continental Española, coordinados por el coruñés Luis Somoza, responsable de grupo de Recursos Geológicos Marinos del Instituto Geológico y Minero de España (Igme).
«Muchos de los bancos que encontramos no estaban en el mapa, pero comprobamos que estas islas sumergidas son parte del territorio de las Canarias. Es la misma prolongación natural geológica, forma parte de su misma estructura», explica Somoza. Los datos fueron presentados en diciembre en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York aunque tardarán varios años hasta que se acuerde una resolución. Si finalmente se aprueba, la soberanía nacional se ampliaría en 200.000 kilómetros.
También en Galicia
Luis Somoza también coordinó los trabajos para la ampliación de la plataforma continental gallega en 56.000 kilómetros cuadrados por el mar, cuya documentación entregó ante la ONU en el 2009 y cuya candidatura espera poder defender el próximo año ante el mismo organismo. Estamos esperando en la cola a que se atienda la solicitud», dice.
Drago, Garoe, Ico o Bimbache son los nombres propuestos a la Comisión Hidrográfica Internacional para algunas de las ocho nueve montañas submarinas descritas en Canarias, que se suman a los otras cinco que ya se conocían descubiertos en anteriores campañas internacionales promovidas por británicos. Uno de estos montes se encuentra tan solo a 300 metros por debajo de la línea del mar, aunque desde su base en el suelo del fondo marino alcanza una altura de 4.000 metros. Es un Teide submarino. Pero el conjunto de estas estructuras no solo destaca por su altura, sino también por su extensión, ya que los montes más grandes tienen entre 90 y 35 kilómetros de largo, mientras que los más pequeños oscilan entre los seis y los veinte kilómetros.
«Son -precisa Somoza- antiguas islas Canarias ahora hundidas por el efecto del enfriamiento de la corteza terrestre. En algunos casos su forma recuerda a Tenerife, Gomera o Hierro». Son, en cierta forma, las «abuelas» del actual archipiélago.
Estas estructuras geológicas se han formado por el mismo proceso que las Canarias. Su origen se encuentra en un punto caliente debajo de las islas que genera la fusión parcial de las rocas del manto terrestre y da lugar al ascenso de magma al fondo oceánico profundo.
Hundimiento
«Una vez creados los volcanes -subraya el geólogo gallego-, estos formarían islas o montes submarinos que se van hundiendo progresivamente al contraerse por enfriamiento. Es similar a lo que le puede ocurrir a un souflé si lo sacamos de forma rápida del horno». Si ese punto caliente que ha formado los territorios emergidos se desplaza o desaparece, las actuales islas también se irán hundiendo como los montes submarinos, sus antecesores.
«La acción del mar, progresivamente, irá enrasando la cima de las islas. Al final -advierte Luis Somoza-, nuestros futuros descendientes podrán ver un Teide raso o la caldera de Taburiente plana». Pero sucederá dentro de millones de años. De momento no existe ningún motivo para la preocupación.
Las «abuelas» se parecen a sus descendientes
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los científicos es el hecho de que las montañas submarinas ahora descubiertas se parecen mucho en su forma a algunas de las actuales islas Canarias, según la cartografía elaborada por los investigadores del Instituto Geológico y Minero de España. En las campañas que permitieron determinar su relieve también participaron investigadores del Instituto Español de Oceanografía y del Instituto Hidrográfico de la Marina.

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