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lunes, 23 de febrero de 2015

«Doctor Google me ha dicho que estoy enfermo»

Llegan las tecnopatías 2.0. De la Apnea del Whatsapp a la Depresión del Facebook.
Jesús Flores / VdG  23 de febrero de 2015.
La psicóloga Alicia Arce pone un punto de cordura en esta fiebre por bautizar nuevas patologias. Y advierte de los auténticos peligros. Nuevas tecnologías llenan las consultas médicas de enfermos imaginarios que han preguntado por sus síntomas en google. Pero, más allá de la escena simpática de un hipocondríaco autodiagnosticándose en la pantalla del ordenador, el universo virtual comienza a ser un terreno abonado para diversas patologías.
Hace un par de décadas, fumar en un avión o en el pupitre de la universidad, por poner dos ejemplos a vuelapluma, eran una costumbre aceptada socialmente. Ahora mismo, contemplar escenas así nos provocaría escándalo. La percepción que tenemos del uso público del tabaco ha cambiado casi sin que nos diésemos cuenta: con este ejemplo, la psicóloga Alicia Arce trata de explicar, ya refiriéndose al uso de las nuevas tecnologías, como estas han transformado sibilinamente la noción que tenemos actualmente de las esferas pública y privada de nuestras vidas: «Hace unos años, parecería una locura que aireásemos lo que ahora contamos a través del móvil, de las redes sociales...». Para Arce, el principal problema que presenta Internet es la pérdida de noción de los efectos que tienen las decisiones que tomamos en el llamado mundo virtual. Y ofrece un dato: el 10% de las demandas de empleo que se descartan tienen su origen en los perfiles del candidato en Facebook o similares. 
Esta misma semana la Agencia Tributaria ha anunciado que rastreará las redes sociales para tener más datos de los contribuyentes. «Los problemas realmente importantes relacionados con la era online vienen dadas por esa dificultad de comprender que las consecuencias de nuestros actos en la Red», advierte la psicóloga.
Esta gravedad a la que se refiere la experta de Adafad (Asociación de Ayuda a Familias con problemas de adicciones, que también trabaja en el campo de las nuevas tecnologías, con cursos, consultas y charlas de orientación para los padres) tiene una de sus expresiones, en Galicia, en el 4% de adolescentes que, según el informe «Mocidade online» de Antonio Rial, de la USC, presentan claros síntomas de uso problemático de la Red. Chavales de la ESO que han acosado a otros a través del móvil, han chantajeado o mandado vídeos de contenido sexual, entre otras acciones de este tipo; y que usan Internet como una vía de escape de la realidad, la sustituyen por cualquier otro hobby, mienten sobre las horas que pasan conectados al día o han llegado a poner en peligro aspectos importantes de su vida por traspasar las barreras que difícilmente saltarían en la vida real. Estos son los casos extremos. Según el trabajo de Rial, sobre 44.000 adolescentes en Galicia, casi el 82% de los encuestados para este estudio hacen un uso correcto de la Red, «lo cual -apunta- no quiere decir que no se haya producido un enorme cambio en los últimos años en la sociedad en general con respecto al tiempo y forma de uso de las tecnologías que nos conectan con otros». Este cambio, al que alude no es malo, «siempre que los hábitos se mantengan dentro una racionalidad». 

Las tecnopatías

Por otra parte, el abuso de los dispositivos móviles y, en general, de los distintos artilugios que dan acceso a la comunicación a través de Internet, está empezando a sacar del terreno de la anécdota las llamadas tecnopatías 2.0, un término utilizado para señalar los efectos nocivos generados por Internet, ordenadores y teléfonos móviles. Se trata de enfermedades nacidas en el seno de las sociedades desarrolladas y que nacen como resultado del excesivo apego a las nuevas tecnologías. La nomofobia por ejemplo, consiste en la ansiedad y miedo irracional que muchos usuarios sufren ante la posibilidad de perder su teléfono móvil o salir de casa sin él, lo sufre un 73% de la población, según una encuesta realizada por Lookout. 
La llamada Apnea del WhatsApp la padecen aquellos que chequean esta app de manera compulsiva en busca de mensajes de amigos y allegados. El Síndrome de la Llamada Imaginaria es otra tecnopatía que sufren el 70% de los usuarios de móvil en España y se desencadena cuando nuestro cerebro nos hace imaginar que escuchamos el tono de una llamada: Y es que el 95% de los usuarios confiesa haber dormido en alguna ocasión con el smartphone cerca de su cama según una encuesta de Pshycologycal Degree. «Los ciudadanos nos hemos convertido en seres multitarea», afirma Francisco Canals, periodista especializado en Internet, Apps, teclados y tablets ya se han convertido en extremidades indispensables para interactuar con el mundo. Un estudio de la Fundación Telefónica afirma que los usuarios miran su móvil hasta 150 veces al día y en España solo el 30% de los adolescentes apaga su teléfono antes de ir a dormir, según el informe
Menores de edad y conectividad móvil en España. 
La electrosensibilidad es otra de estas tecnopatías: afecta a 1 de cada 1000 españoles y se produce como consecuencia de la exposición continuada a los campos electromagnéticos que generan, entre otros módems o routers. Este trastorno provoca pérdida de memoria a corto plazo, jaquecas o insomnio. El Colexio Oficial de Biólogos de Galicia emitió en el 2013 un comunicado en el que reclama «la regulación de la proximidad a antenas de telefonía móvil y la exposición a redes wifi».
Un reciente informe de Colegio Oficial de Ópticos de Cataluña afirma que el 70% de los usuarios sufre el Síndrome Visual Informático, sus síntomas son irritación de los glóbulos oculares y dolor articular como resultado de una excesiva exposición a pantallas de ordenador. Tampoco faltan cibercondríacos o arquetipos de usuario que teclean sus síntomas en el Doctor Google como medio para conocer el origen de sus dolencias. 
La llamada Depresión de Facebook, otro término en auge, la sufren aquellos que visualizan perfiles de otros usuarios como medio para reducir su tristeza al recordar momentos felices del pasado, afirma Francisco Canals. «El ser humano tiene sus dolores, sus pulsiones y usa las herramientas que tiene a su alcance para aliviarlos: es lógico», explica Alicia Arce, quien, en todo caso, envía un mensaje de tranquilidad ante esta avalancha de términos y supuestas nuevas enfermedades: «Que no cunda el pánico».
La Comisión Europea hizo públicos hace unas semanas unos principios para ayudar a los países de la Unión Europea (UE) a combatir los problemas de adicción que pueden generar los juegos de azar en línea. El plan de acción adoptado anima, por ejemplo, a tomar medidas para garantizar que los menores no tienen acceso a las apuestas y para reducir su exposición a la publicidad de ese tipo de juegos. También sugiere el registro de las cuentas de los jugadores, para obligarles a dar detalles sobre su edad e identidad y facilitar a los operadores la verificación de esos datos. En Galicia, las asociaciones Agaja y Agalure constatan la importancia de este problema.

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