R. Romar / la voz, 20 de febrero de 2015.
La vida existe en una determinada conformación en el espacio, denominada L, lo que permite que las moléculas se reconozcan entre ellas y realicen sus intrincados procesos. Salvo una nueva clase de péptidos, miniproteínas, que se disponen de forma distinta, en D. Esta sorprendente cualidad física les permite engañar a las proteasas, las enzimas que, entre otras funciones, defienden al organismo de agresiones externas. Los péptidos D sortean esta barrera, se libran de su ataque destructivo para penetrar en el cuerpo y mantener su acción de forma natural. Pero presentan una propiedad más sorprendente aún: inhiben la acción de un nucleótido que producen las bacterias como mecanismo de supervivencia parar formar colonias (biofilms) y resistir así a la acción de los antibióticos.
No hay, a día de hoy, ningún fármaco efectivo contra estas comunidades multicelulares, que cuando infectan a una persona con las defensas bajas acaban produciendo miles de muertes al año en todo el mundo. Son las súperbacterias, que hasta ahora han desafiado a cualquier medicamento. Salvo a los péptidos D, su kriptonita particular, que han sido identificados por el investigador gallego César de la Fuente-Núñez (A Coruña, 1986), que realiza el posdoctorado en la Universidad de British Columbia (Canadá). El genetista molecular y microbiólogo es el primer autor de un artículo publicado en Chemistry & Biology, del grupo Cell, en el que se demuestra la acción antibacteriana de la nueva clase de antibióticos en ensayos in vitro y en dos modelos animales. Mostró su eficacia en varios tipos, incluidas las conocidas súperbacterias, las Pseudomonas y la temida Staphylococcus aureus(MRSA).
Esta nueva clase de péptidos no solo abre la puerta para crear fármacos realmente válidos para combatir las infecciones causadas por colonias bacterianas, sino que presentan otra prodigiosa propiedad: son compatibles con los antibióticos convencionales. Estos, de por sí, son ineficaces, pero con una pequeña aportación de las miniproteínas, en concentraciones bajas, sí pueden anular la formación de comunidades multicelulares y prevenir la infección. «Son una nueva clase de antibióticos que eliminan las bacterias súperresistentes de una manera eficiente», explica De la Fuente-Núñez, cuya investigación ha sido financiada por una beca de la Fundación La Caixa.
Resultados esperanzadores
«La idea que tenemos -añade- es completar toda la fase preclínica en la Universidad British Columbia, ya que aquí hay compañías que nos pueden ayudar». A partir de ese momento lo lógico es que, si se mantienen los esperanzadores resultados, entre luego en juego una multinacional farmacéutica para completar el desarrollo de un fármaco más que necesario. Así lo demuestran las cifras, ya que en Europa fallecen cada año 25.000 personas a causa de las bacterias multirresistenes, y en EE.UU., 23.000.
Amenaza bacteriana en Los Ángeles
Dos personas murieron en un hospital de Los Ángeles (EE.UU.) tras infectarse con endoscopios contaminados con una peligrosa y resistente bacteria a la que podrían haber estado expuestos unos 180 pacientes. El brote en el Ronald Reagan UCLA Medical Center de Los Ángeles es el último en una serie de casos similares ocurridos desde 2012 en hospitales de Pensilvania, Illinois y el estado de Washington. Al menos otros cinco pacientes del centro están infectados con la súperbacteria conocida como «CRE», resistente a los antibióticos y con una alta mortalidad.
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