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miércoles, 16 de marzo de 2011

Estofado irlandés para celebrar el "St Patrick’s Day"

Estofado de carne con cerveza Guinness. Receta tradicional irlandesa
recetasderechupete
6 PERSONAS
PREPARACIÓN MEDIA
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 120 MINUTOS
INGREDIENTES
  • 1 kg y medio de carne de ternera para guisar (en este caso morcillo)
  • 3 cebollas
  • 3 dientes de ajos
  • 5 zanahorias
  • 10 patatas medianas
  • 8 cucharadas de aceite de oliva virgen extra ILove Picual
  • 1/2 l de cerveza negra Guinness
  • 250 ml de caldo de carne
  • 4 tomates
  • 2 hojas de laurel
  • 4 cucharadas de harina de trigo (podéis emplear una sin glutén en caso de celiácos)
  • Sal y pimienta negra (al gusto)
No sé si llamar a esta receta guiso o estofado, pero lo que tengo bien claro es que es de una de la recetas más famosas de la gastronomía irlandesa. Un plato que aúna lo mejorcito de Irlanda: su carne, su cerveza y, como no podría ser de otra manera, sus patatas (alimento imprescindible en este guiso, bien enteras o como el famoso puré o Champ). Esta receta me la ha enviado desde Dublín Cliona, una irlandesa enamorada de España. Ella le suele añadir tomillo y concentrado de tomate, yo únicamente la he variado cambiando el tomillo por laurel, el concentrado de tomate por tomate y, cómo no, he tenido que añadirle ajo. Os dejo estos detalles por si queréis hacerla exactamente igual a como la hace ella en Irlanda el día 17 en honor a San Patricio, patrón de los irlandeses.
Este estofado irlandés es especial por el sabor dulzón que aporta la cerveza Guinness, el ”alimento líquido irlandés”. No sé si habéis probado a guisar con cerveza, ayuda a ablandar la carne y le da un sabor a malta que hace de este plato una receta increíble. Además ya sabéis que cualquier guiso o estofado está mucho mejor un día o dos después de cocinarse. Así que hoy todos seremos guisanderos/as. ¿Qué os parece?
¿Os animáis en St Patrick’s Day con este estofado?
PREPARACIÓN DEL ESTOFADO DE CARNE CON GUINNESS:
A la hora de comprar la carne pedidle al carnicero que la corte a trozos regulares para guiso y que os la limpie (quitando la grasa sobrante), os quedarán unos trozos de 20g más o menos. Si no tenéis tiempo de ir al mercado o a vuestro carnicero de confianza, simplemente buscad en el super carne para guisar de ternera, elegid una de buena calidad, normalmente influye el precio.
Preparamos la carne. Salpimentamos y pasamos por harina. Reservamos.
Pelamos los ajos y picamos muy finamente.
Calentamos el aceite en la Cocotte de Le Creuset, añadimos el ajo y doramos un minuto a fuego lento.
Cuando el ajo esté dorado echamos la carne. Marcamos los trozos de ternera hasta que queden bien dorados y veremos que empezará a soltar parte de su jugo. Retiramos la carne a un bol y reservamos.
Picamos las cebollas en juliana, es decir, en tiras finas y alargadas de unos 4 centímetros de largo aproximadamente y el grosor lo más fino posible (de 2 a 3 mm). Sofreímos la cebolla en el mismo aceite donde doramos la carne durante unos 10 minutos a fuego lento.
Pelamos las patatas, las zanahorias y los tomates. Cortamos las patatas en dados rompiéndolas para que suelten todo su almidón, las zanahorias en rodajas lo más finas posibles y los tomates en cuartos.
Añadimos primero las zanahorias al sofrito de cebolla y removemos todo bien con una cuchara de madera mezclando los sabores. Debemos cocinar la zanahoria unos 5 minutos antes de añadir el resto de ingredientes.
Introducimos las patatas y removemos todo juntando los ingredientes y los sabores. Añadimos el tomate y repetimos el proceso.
Cuando el sofrito esté bien dorado añadimos los trozos de ternera y echamos la cerveza Guinness. Añadimos las hojas de laurel y rectificamos sal y pimienta. Dejamos que reduzca un poco, aproximadamente unos 10-15 minutos a fuego medio para quitar parte del alcohol y que le dé al estofado ese toque dulzón.
Cubrimos todo con el caldo de carne. Guisamos a fuego lento hasta que reduzca el líquido y la carne esté tierna, aproximadamente unas 2 horas. Es importante que remováis de vez en cuando para que no se pegue al fondo de la cazuela. Si lo preparáis el día antes lo mejor para volver a calentarlo a la hora de consumirlo es usar la misma cazuela a fuego muy lento moviendo de vez en cuando.
Servimos bien caliente y con un poco de pan, la salsa de esta receta es grandiosa, os lo aseguro.
Podéis acompañar este estofado irlandés con un poco de Champ, un típico puré de patata y cebollas de primavera muy tradicional en Irlanda. Para poder hacerlo ponemos a cocer las patatas con un poco de sal durante unos 10 minutos (unas 5 patatas grandes) hasta queden tiernas. Cortamos los cebollines (5 cebollines pequeños) o la cebolla en trocitos y reservamos. Mientras tanto pondremos a calentar un poco de leche (medio vaso) en un cazo con dos cucharadas de mantequilla y añadimos la cebolla. Cocinamos durante unos 5 minutos, apagamos y dejamos reposar hasta que ablande la cebolla. Escurrimos y aplastamos las patatas en un bol con un tenedor. Agregamos la mezcla de leche con la cebolla a las patatas y removemos. Añadid sal si fuese necesario. Colocamos de nuevo en la cazuela y añadimos un buen trozo de mantequilla irlandesa. Ponemos dos cucharadas de Champ con un buen plato de estofado de carne.
Espero que os guste y la preparéis en casa en este día especial que es San Patrick’s Day o cualquier otro. Otra recetilla sencilla e ideal en vuestro repertorio.
CERVEZA RECOMENDADA:
Esta receta irlandesa bien vale una buena cerveza, en este caso la misma con la que hemos cocinado este estofado.
Cerveza Guinnes Extra Stout: “La más clásica de toda la gama de Guinness, con más de 200 años de historia y como decía John O’Dwyer salvo la vida de muchos irlandeses, ya que en tiempos de pobreza los habitantes más pobres de Dublín que no tenían nada, vivían de pintas, era el “alimento líquido” que sustituía el pan y otros alimentos. Esto ha cambiado y una buena cerveza invita a beber, su inconfundible color oscuro y su espuma blanca y suave dicen bébeme. Esta cerveza tiene un ligero deje crujiente de la cebada tostada, la fresca brisa del lúpulo y trago refrescante y largo, mucho más amago que la tradicional pinta de una clásica rubia. Es ideal para acompañar con carnes o simplemente para charlar con los amigos”.

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