Ángel Paniagua /LA VOZ. 2/12/2010
Es rumano y está indignado. El abogado Virgiliu Pop protesta: «Si Ángeles Durán dice que ella es la propietaria del Sol, yo digo: "Yo soy más propietario del Sol que ella"». La viguesa que acudió a un notario de O Porriño para proclamarse dueña de la estrella es, en su opinión, una vulgar impostora. Se ha desatado un conflicto astral.
Pop sabe de lo que habla. Según cuenta al teléfono y publica en su libroUnreal Estate. The man who sold the moon ( Patrimonio irreal. El hombre que vendió la Luna ), es experto en Derecho Público del Espacio. Se especializó en tan sesuda materia en la Universidad de Glasgow (Escocia) y ahora ejerce para la Agencia Estatal de Rumanía. Se convirtió en titular estelar en el año 2001. El 28 de abril acudió al registro de propiedad extraterrestre del Instituto Arquímedes y se proclamó dueño del Sol.
La conversación con él da un giro inesperado y Pop comienza a tirar de una lógica implacable. «Hay que diferenciar el derecho de verdad del derecho de fantasía», reivindica el propietario auténtico del astro rey. Un ejemplo: «Es como si digo ante un notario que Angelina Jolie es mi novia. El notario solo registra un deseo», explica el autor de la tesis doctoral ¿A quién pertenece la Luna? Virgiliu Pop habla en castellano -«lo aprendí viendo telenovelas»-. Su indignación comenzó cuando leyó acerca de un tal Dennis Hope, un estadounidense que en 1980 acudió a un registro federal para reclamar la propiedad de la Luna. Luego, dividió la superficie de la cara visible del satélite en tres millones de parcelas y empezó a venderlas en los supermercados. Con Internet, el interés se disparó.
Jurisdicción
Cuando Virgiliu Pop adopta su pose de reconocido experto en Derecho Público del Espacio, se pone serio. Uno, «España no tiene jurisdicción sobre el Sol». Dos, «para tener la propiedad de algo tienes que haber ido a ese sitio, necesitas posesión». Y tres, la viguesa Ángeles Durán no es la primera en reclamar la propiedad del Sol. Ya lo hizo en 1936 el norteamericano A. D. Lindsay. El conflicto astral llega tarde. Por todo, el rumano se confiesa: «En realidad yo no me creo que sea propietario del Sol. Solo lo hago para mostrar cuan ridículo es esto».
Esto va a terminar en la guerra de las galaxias.
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