LA VOZ 12 de junio de 2012
¿Quién no ha soñado alguna vez con levantarse por la mañana, chasquear los dedos, y que la cama se hiciese sola? Sin dolores de espalda ni pinchazos en los riñones en el momento de agacharse para colocar bien la sábana por una esquina mientras se descoloca por la otra. Sin esos esfuerzos de deporte olímpico cada vez que toca cambiar la funda del nórdico. Pues ya está aquí, ya ha llegado. Una cama que se hace sola. Al más puro estilo de película futurista de aquellas que imaginábamos de niños, pero sin hologramas ni robots con nombres extraños haciendo el resto de tareas domésticas alrededor.
Se trata de un diseño de un inventor vasco de 56 años, Ascencio Zubeldia Jauregui, que lleva 12 intentando patentar su invento. Bautizada como Ohea -cama en euskera- es todo un chollo para aquellos cuyos ajetreados horarios no les permitan pararse a doblar con cuidado y simétricamente las sábanas. Pero también para los perezosos que, de esta forma, podrán robarle al tiempo algunos minutos de sueño.
La cama inteligente, que se puede activar manual o automáticamente, incorpora una serie de mecanismos que estiran las sábanas de forma mecánica en solo 50 segundos. De cada costado se despliegan unos brazos con rodillos que arrastran la funda hasta el cabecero. Una vez hecho esto, las almohadas, que estaban elevadas descienden y, en menos de un minuto, ya está la cama hecha.
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