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lunes, 18 de junio de 2012

Una británica se duerme durante dos meses seguidos

La adolescente sufre el síndrome de la Bella Durmiente, una rara enfermedad que le provoca ataques de sueño y que solo padecen otras mil personas
R. García / La Voz 18 de junio de 2012
Se durmió en abril y no se despertó hasta hace unos días. Fueron casi dos meses de profunda hibernación, su sueño más largo, pero no el único prolongado por el que ha pasado,Stacey Comerford, una adolescente británica que padece una rara e inusual enfermedad neurológica denominada síndrome de Kleine Levin, también conocida como el síndrome de la Bella Durmiente.
«Nunca hay ninguna advertencia, me la he llegado a encontrar dormida en el suelo de la cocina. El sueño más largo duró dos meses», confesó la madre de la chica, Bernie Richards, al periódico Daily Mirror. Más que un sueño, en su caso su rara patología se ha convertido en una pesadilla que afecta de forma notable a su calidad de vida y a la de su familia. ComoStacey Comerford hay otras mil personas en todo el mundo, fundamentalmente adolescentes varones, que padecen el síndrome de la Bella Durmiente. La chica británica no es consciente de cuándo le va a sobrevenir el sueño. Es como un ataque que la induce a quedarse dormida en cualquier lugar. Y, pese a que puede permanecer más de veinte horas con los ojos cerrados, cuando se levanta tiene la sensación de que no ha pasado en cama más de una noche. «Cuando se despierta -relató la madre a la prensa británica- piensa que es el día siguiente, no tiene ningún recuerdo y hay que explicarle que durmió más de veinte horas seguidas».
En su fase de hibernación, sin embargo, Stacey Comerford no permanece inmóvil, sino que se levanta para ir al baño, beber o comer algo. Pero lo hace en un profundo estado de sonambulismo. Puede pasar así días o semanas, lo que también le complica su vida académica. La joven ha perdido nueve exámenes en su escuela y también se pasó dormida el día de su cumpleaños.
Cambios de humor
En el colegio, según explica la madre, les cuesta creer que la adolescente sufre una extraña enfermedad que, entre otros síntomas, está asociada con irritabilidad, depresión, euforia, confusión, amnesia, apatía o incluso raptos de agresividad. Sus cambios de humor son continuos.

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