BEA ABELAIRAS / LA VOZ 17 de marzo de 2012
Lisa Casali es una bloguera italiana que está revolucionando la cocina con un recetario que sustituye el horno o la sartén por el lavavajillas. La idea parte de aprovechar el calor constante de los ciclos de lavado más largos para cocer los ingredientes dentro de bolsas cerradas al vacío y de tarros de cristal herméticos, como los que se usan para guardar las mermeladas.
Casali es una monitora medioambiental muy interesada en difundir consejos y pautas para cocinar a bajo coste, por eso en su espacio en la Red (www.ecocucina. org) aporta ideas para ahorrar y aprovechar casi toda la comida (incluso hay recetas para hacer con las mondas de las verduras o las hojas de rábanos). «Una amiga española, a quien está dedicado el libro, me invitó a preparar la cena en el lavaplatos y me volvió loca la idea, empecé ese mismo día a experimentar. Me encanta la idea de preparar un plato al tiempo que lavas los platos sucios y a una baja temperatura, porque estás ahorrando energía y agua», explica. El libro (Cucinare in lavastoviglie) todavía no está editado en España, pero parte de sus contenidos se pueden encontrar en la web de Casali, donde también se repite una y otra vez que para todas las recetas hay que usar ingredientes ecológicos. «No se conforme con lo primero que encuentra en el supermercado», advierte.
Un plato de cuscús
Una de las preparaciones clásicas es poner 50 gramos de cuscús en tarros herméticos de un cuarto de litro (uno por persona); colocar encima las hortalizas que se deseen (zanahoria, puerro o cebolleta, calabacín...); añadir una cucharada de caldo, otra de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal junto a un golpe de pimienta. Después se cierran los tarros y se meten entre los vasos usados y se pone en marcha el programa habitual de lavado, con la dosis de detergente que sea necesaria, porque al estar cerrados los tarros nunca va a llegar a la comida.
Los fogones se quedan al margen en este plato y se cumple el deseo de muchos de cocinar sin ensuciar, pero lo cierto es que no todas las recetas se pueden hacer enteramente en el lavaplatos. Las bajas temperaturas son buenas para realzar el sabor y la textura de los alimentos ricos en proteínas: carnes, pescados, marisco y huevos, pero las legumbres y los cereales requieren mucho más calor y necesitan de los fogones tradicionales.
Casali es vegetariana y eso se nota en el libro, pero en la Red algunos de sus aprendices ya ofrecen trucos para meter pescados y carnes junto a la vajilla. Garantizan que es una cocina muy saludable, sencilla y barata, ya que solo se necesitan un tarro por persona, una envasadora al vacío y vencer la reticencia de los comensales a injerir lo que sale del lavavajillas.
Casali es una monitora medioambiental muy interesada en difundir consejos y pautas para cocinar a bajo coste, por eso en su espacio en la Red (www.ecocucina. org) aporta ideas para ahorrar y aprovechar casi toda la comida (incluso hay recetas para hacer con las mondas de las verduras o las hojas de rábanos). «Una amiga española, a quien está dedicado el libro, me invitó a preparar la cena en el lavaplatos y me volvió loca la idea, empecé ese mismo día a experimentar. Me encanta la idea de preparar un plato al tiempo que lavas los platos sucios y a una baja temperatura, porque estás ahorrando energía y agua», explica. El libro (Cucinare in lavastoviglie) todavía no está editado en España, pero parte de sus contenidos se pueden encontrar en la web de Casali, donde también se repite una y otra vez que para todas las recetas hay que usar ingredientes ecológicos. «No se conforme con lo primero que encuentra en el supermercado», advierte.
Un plato de cuscús
Una de las preparaciones clásicas es poner 50 gramos de cuscús en tarros herméticos de un cuarto de litro (uno por persona); colocar encima las hortalizas que se deseen (zanahoria, puerro o cebolleta, calabacín...); añadir una cucharada de caldo, otra de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal junto a un golpe de pimienta. Después se cierran los tarros y se meten entre los vasos usados y se pone en marcha el programa habitual de lavado, con la dosis de detergente que sea necesaria, porque al estar cerrados los tarros nunca va a llegar a la comida.
Los fogones se quedan al margen en este plato y se cumple el deseo de muchos de cocinar sin ensuciar, pero lo cierto es que no todas las recetas se pueden hacer enteramente en el lavaplatos. Las bajas temperaturas son buenas para realzar el sabor y la textura de los alimentos ricos en proteínas: carnes, pescados, marisco y huevos, pero las legumbres y los cereales requieren mucho más calor y necesitan de los fogones tradicionales.
Casali es vegetariana y eso se nota en el libro, pero en la Red algunos de sus aprendices ya ofrecen trucos para meter pescados y carnes junto a la vajilla. Garantizan que es una cocina muy saludable, sencilla y barata, ya que solo se necesitan un tarro por persona, una envasadora al vacío y vencer la reticencia de los comensales a injerir lo que sale del lavavajillas.
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