Ser dueño de tu propio barrio, eso sí abandonado y por rehabilitar, por 125.000 euros. ¿Un chollo? En cualquier caso una de las singulares ofertas inmobiliarias que cada día son más habituales. Palacios, pazos, bodegas, casas de indianos... de todo y en todas las condiciones, de precio y estado, está disponible en A Mariña y el Occidente asturiano. Basta ponerse a buscar. Internet es un filón. Un ejemplo es la web aldeasabandonadas.com. En este espacio se ofrece por 125.000 euros el barrio de Pena de Home, en lo alto de Pacios (A Pontenova). Por 125.000 euros se puede llevar «la más bella aldea en venta en el valle del Eo», ideal para turismo rural. Son cuatro casas, un hórreo y una hectárea de terreno. ¿Las vistas? Impresionantes, dicen en el anuncio.
La sugerente oferta no acaba ahí. Por 125.000 euros se puede hacer uno con un barrio completo y con mucho más, a tenor de lo indicado en el anuncio: «La propiedad cuenta con acceso asfaltado, agua propia de fuente y manantial, bosque de 7.000 metros cuadrados de pinos, eucalipto y castaños, y área para jardines y cultivo. Cada casa (4) y fincas (4) cuenta con su propio título, y se encuentran con toda la documentación en regla incluyendo catastro y registro. El conjunto se encuentra a escasos minutos del turístico pueblo de Taramundi (Asturias) y a 5 minutos de Pontenova (Galicia), población con todos los servicios y entretenimiento».
Por supuesto, el conjunto necesita ser rehabilitado y se sugiere que se aproveche para el turismo rural. El alcalde de A Pontenova, Darío Campos, conocía esta oferta y muchas otras de casas abandonadas en A Pontenova: «Vendéronse moitas casas para xente de fora. O da venta paréceme ben, se leva aparellado o amaño das casas. Pero hai xente que pensa que compra unha casa por 12.000 ou 14.000 euros e despois atópase que son catro paredes mal aliñadas e ten que gastar moitos cartos en reparar. Para iso tamén hai axudas e as casas reparadas respectando a arquitectura popular da zona quedan preciosas». El regidor citó, por ejemplo, la línea de subvenciones que ofreció la Reserva de la Biosfera para combatir el feísmo.
Hoy la maleza cubre el núcleo de Pena de Home, pero quizás en un futuro no muy lejano vuelva a lucir como antaño y por sus veredas vuelvan a escucharse las voces de la gente.
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