Dos edificios construidos en Galicia, y por arquitectos gallegos, han sido seleccionados como aspirantes al premio Mies van der Rohe, de ámbito europeo y dotado con 60.000 euros. A la convocatoria del 2015 -el galardón es bianual- concurren 420 obras, de las que 35 han sido levantadas en España y otras siete son proyectos de profesionales españoles en el extranjero. Las construcciones gallegas son una vivienda familiar en Corcubión, de Juan Creus y Covadonga Carrasco, y el Centro de Investigaciones Científicas Avanzadas de la Universidade da Coruña, de Ángel Rico y Manuel Vázquez.
La casa Chao, de Creus y Carrasco, que ya había recibido una mención en los premios FAD, es una vivienda de 16 por tres metros, que además de crear un espacio de uso doméstico resuelve una medianera sin tapar y busca integrarse en su contexto, una villa marinera, con una reformulación de sus características. «Hicimos una interpretación a nuestra manera de una galería, utilizamos un zócalo de piedra para establecer una continuidad con la casa contigua, y recurrimos a una fachada muy sencilla de madera», explica Creus. El arquitecto, que ya considera la selección un premio, valora que se haya reparado en un ejemplo de arquitectura doméstica, de iniciativa privada, en la Costa da Morte.
El Centro de Investigaciones Científicas Avanzadas, de Ángel Rico y Manuel Vázquez, es un edificio formado por dos volúmenes, de cuatro y dos plantas, que se relacionan entre sí y con el exterior a través de un patio que también posibilita la iluminación y ventilación de las zonas de planta baja. La funcionalidad, versatilidad, flexibilidad y la claridad de las circulaciones fueron premisas clave en el diseño del edificio. Desde Barcelona, Rico -Vázquez se encuentra ahora en Suiza- considera la selección para el premio como un espaldarazo importante «nos tempos que corren» y antes de haber cumplido los cuarenta. El edificio distinguido es un ejemplo de su concepción de arquitectura, funcional, «que serva socialmente, sen artificios», aunque para conseguirlo el arquitecto deba defender su posición, que también es ética -las posturas contrarias de arquitectos y constructora en el caso del edificio coruñés acabaron en el juzgado-, algo que, considera, será mucho más difícil con la aprobación de la Ley de Servicios Públicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario