R. Romar / La Voz 26 de marzo de 2014
La contaminación es mucho más perjudicial para la salud de lo que en principio se creía. Las nuevas estimaciones, publicadas ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que una de cada ocho muertes en el mundo se debe a la polución, tanto a la atmosférica como a la que existe en el interior de las viviendas. Siete millones de personas murieron por esta causa en el mundo en el 2012, el doble de lo estimado.
Un vínculo más estrecho
Los nuevos datos revelan un vínculo más estrecho de lo que se creía entre la exposición a la contaminación atmosférica en general con los accidentes cardiovasculares y las cardiopatías isquémicas, así como entre la polución y el cáncer, fundamentalmente el de pulmón. Lo que se conocía previamente era una relación más directa entre la polución con las infecciones respiratorias agudas y las neumopatías obstructivas crónicas. «Los riesgos son superiores a lo que previamente se pensaba o entendía, en especial para las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares», subraya María Neira, directora de Salud Pública de la OMS.
Las consecuencias
A medio y largo plazo la contaminación aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades del corazón, derrames cerebrales y cáncer de pulmón.
Niños y ancianos
El impacto más grave de la contaminación es en personas que ya están enfermas, así como en niños y ancianos.
Partículas en suspensión
El principal riesgo son las partículas en suspensión, las más pequeñas de 2,5 micras (PM 2,5) y las de 10 micras (PM 10), que se encuentran en el polvo, hollín, humo y pequeñas gotas de líquido. Suelen ser emitidas a la atmósfera por la combustión de los vehículos diésel y de las plantas eléctricas de carbón. Las partículas más pequeñas, de 2,5 micras, son las que presentan mayores problemas, ya que entran directamente en los pulmones.
Interior y exterior
De los siete millones de personas muertas por contaminación en el 2012, 4,3 millones están relacionados con la polución del aire en las viviendas. Esto ocurre en los hogares donde todavía se utiliza para cocinar estufas de carbón, leña y biomasa, incluida la bosta de vaca. Hasta 2.900 millones de personas utilizan en el mundo estos combustibles. Los otros 3,7 millones de muertes se atribuyen a la contaminación atmosférica, fundamentalmente en las ciudades.
El foco del problema
Aunque en las ciudades occidentales la contaminación es un problema grave, la mayor exposición a la contaminación del aire se registra en los países en desarrollo, sobre todo en Asia Sudoriental y Pacífico Occidental.
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