Las nuevas tecnologías avanzan en muchos campos, y el reciclaje no se queda al margen. Los contenedores son cada vez más modernos para mejorar las tasas de reciclado y facilitar esta labor ecológica a los consumidores: sistemas que conocen a la persona que recicla y el tipo de residuo, máquinas que dan dinero a cambio de reciclar, sistemas que avisan cuando están llenos y compactan las basuras, contenedores adaptados a personas con discapacidad o con pantallas para dar información. Este artículo señala los principales contenedores inteligentes utilizados en la actualidad.
Contenedores que conocen a quien recicla
La ciudad de Groningen (Holanda) ha implantado unos contenedores que se abren solo cuando identifican al usuario, gracias a un lector RFID en la tapa. El Ayuntamiento quiere acabar así con los robos y controlar a quienes no reciclan. Los habitantes de Groningen pagan impuestos en función de la cantidad de basuras originadas y recicladas. Para no pagar ni reciclar, algunos ciudadanos echaban la basura en los contenedores del vecino. Los nuevos contenedores inteligentes incorporan además un sistema subterráneo de clasificación de la basura y de cálculo del importe que cada vecino deberá abonar.
Los contenedores inteligentes pueden servir para premiar a quien recicla
En España también se pueden encontrar contenedores inteligentes similares. La localidad guipuzcoana de Lazkao instalaba en 2010 un quinto contenedor (materia orgánica para compostaje) de prueba. Los voluntarios recibían una tarjeta personalizada para depositar sus residuos. El objetivo de los responsables institucionales era generalizar un sistema que premie a quien recicle y encarezca los impuestos a quien no lo hace.
La idea de ganar premios y dinero por reciclar se ha puesto en práctica con varios sistemas en todo el mundo, como RecycleBank, Bottle Bills, Envirobank, Gazelle, YouRenew o BuyMyTronics. En fechas recientes, el metro de Pekín instalaba unos contenedores de reciclaje que ofrecen dinero a cambio de depositar botellas, como se explica en un vídeo. Los responsables de estas iniciativas se basan en contenedores y máquinas expendedoras inteligentes para controlar a quien recicla (y que lo haga bien) y poder así recompensárselo.
La tecnología también es una de las bases del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR). En este caso, el funcionamiento es algo diferente al anterior. En Alemania, uno de los países que lo tiene en marcha, los envases reciclables llevan una información para que el consumidor pueda devolverlos a los contenedores específicos y estos los validen; después, la máquina reembolsa al consumidor los 25 céntimos de depósito que había pagado como parte del envase.Reciclar más y mejor en menor espacio. El reciclaje de aceite doméstico requiere estar muy atento a los residuos depositados. Para mejorar el servicio y reducir costes, las empresas Biouniversal y Telefónica han creado unos contenedores inteligentes específicos basados en tecnología M2M (máquina a máquina). El contenedor informa a sus responsables de la cantidad depositada y los posibles incidentes. Los operarios solo pasan por el contenedor cuando es necesario. El sistema se ponía en prueba en 2011 en Cádiz.
Otra forma de optimizar el control y la recogida de residuos es mediante contenedores inteligentes que compactan la basura. De esta manera se pueden guardar varias veces más residuos que los convencionales. Los sistemas son muy variados: en Barcelona y Sant Cugat instalaban en 2012 este tipo de contenedores de la empresa estadounidense BigBelly Solar, capaces de compactar la basura mediante energía solar. Y con tecnología española, de la empresa gallega Formato Verde/TNL, la capital de Emiratos Árabes Unidos, Abu Dabi, ponía en marcha unos contenedores inteligentes subterráneos que compactan la basura, informan de su estado vía wifi o identifican a sus usuarios.
Las personas con discapacidad también pueden reciclar Barcelona fue la primera ciudad de España en ubicar en sus calles contenedores de reciclaje adaptados para personas con discapacidad visual y motora. En 2009 aprobaba un plan para sustituir de forma progresiva 27.000 contenedores, entre los que se incluían nuevos modelos especiales. Menor altura, mayor ergonomía, apertura y cierre más accesibles, colores más visibles o información en pictogramas y lenguaje braille son algunas de sus principales características. En fechas posteriores, otras ciudades y localidades españolas han instalado este tipo de contenedores adaptados, como Santander o Móstoles (Madrid).
Enterarse de las noticias mientras se reciclaDurante las Olimpiadas de 2012, Londres mejoró sus infraestructuras, y el reciclaje no fue una excepción. Sus responsables reemplazaron algunos de sus antiguos contenedores por otros nuevos fabricados a prueba de bombas y con pantallas LCD. En ellas, los ciudadanos pueden ver las últimas noticias, los datos bursátiles o la información del tráfico. Cada contenedor costó unos 35.000 euros y la empresa fabricante, Renew bins, ha instalado estas unidades en otras ciudades como Nueva York, Tokio o Singapur.
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