E. V. Pita / La Voz. 12/1/2011
Este episodio podría inspirar a un guionista de Hollywood para escribir una trepidante escena en una película del actor Bruce Willis.
Todo empezó en la víspera de Nochebuena, el pasado 23 de diciembre. Un empleado de una gasolinera de Puxeiros, en la autovía de O Porriño a Vigo, Roberto Fernández Vilaboa, se colgó de la ventanilla del Opel Astra de un cliente que llenó el depósito y arrancó sin pagarle 30 euros. «Salió rápido y casi me pasa el coche por encima. Me agarré con las manos a la ventanilla para no dejarle escapar, pero el conductor me daba puñetazos en la cabeza. Levanté las botas de seguridad para no rozar el suelo. Las suelas y el acero están inservibles. Los dos del asiento de atrás decían al conductor: ''Para, que lo vas a matar'' y él me gritaba: ''Suéltate, cabrón''», relata.
Dejaría bien contento al jefe. Se merece un aumento de sueldo y una placa con su nombre en cada surtidor.Todo empezó en la víspera de Nochebuena, el pasado 23 de diciembre. Un empleado de una gasolinera de Puxeiros, en la autovía de O Porriño a Vigo, Roberto Fernández Vilaboa, se colgó de la ventanilla del Opel Astra de un cliente que llenó el depósito y arrancó sin pagarle 30 euros. «Salió rápido y casi me pasa el coche por encima. Me agarré con las manos a la ventanilla para no dejarle escapar, pero el conductor me daba puñetazos en la cabeza. Levanté las botas de seguridad para no rozar el suelo. Las suelas y el acero están inservibles. Los dos del asiento de atrás decían al conductor: ''Para, que lo vas a matar'' y él me gritaba: ''Suéltate, cabrón''», relata.
El Opel, tras dar marcha atrás para intentar desembarazarse de su intruso, se desvió por la antigua carretera de Madrid y recorrió unos ochocientos metros. El cobrador, con 15 años de experiencia, ignoraba que al volante iba I.?C.?E., un vigués de 29 años que suma 19 arrestos anteriores. Al llegar a la altura del aparcamiento del restaurante Seijo, el conductor hizo trompos y otras maniobras bruscas. «El conductor abrió la puerta y me solté porque ya no tenía fuerzas», recuerda el trabajador, que cayó al suelo. Sufrió contusiones en las rodillas y en la cara y necesitó sutura. El empleado solo tenía una pista: el número de la matrícula. Fue un dato clave para que la Policía Nacional de Vigo arrestase al dueño del coche cuando transitaba el lunes por la tarde por la calle Santa Mariña, en Cabral, cerca del lugar del incidente. Los agentes le atribuyen el saqueo de un coche el 7 de julio en la Primera Travesía de Couto de San Honorato. Fernández no dejó de trabajar ayer en el surtidor mientras atendía a la prensa y a la policía. Hoy irá a los juzgados a reconocer al conductor.
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