Alejandro Posilio / LA VOZ 21/1/2011
Tubos de escape, aparatos de radio, un patinete, relojes de pared, una sierra y varios altavoces son algunos de los residuos recogidos en distintas playas europeas con los que el artista alemán H. A. Schult ha construido un hotel de basura que ha sido instalado en la madrileña plaza de Callao. Hasta el próximo domingo, este local, compuesto por una entrada y cinco habitaciones, aloja cada noche a diez personas dispuestas a disfrutar de esta experiencia, cuyo objetivo es denunciar la irresponsabilidad que supone convertir en vertederos los arenales y los mares del mundo.
Basado en una estructura de madera, sus paredes exteriores, que delimitan unos cien metros cuadrados, están adornadas con 200 toneladas de residuos recogidos en playas de España, Italia, Francia y Bélgica. Una gran parte la componen papeles, ropa, latas, pero también se puede hallar el teclado de un órgano o un tambor africano, entre otras muchos desperdicios. Eso sí, ninguno orgánico.
El llamado Hotel Coronita Save the Beach (salvar la playa) forma parte de una campaña de responsabilidad social organizada por la firma cervecera, que cada curso recupera una playa europea.
El año pasado le tocó a la murciana Bahía de Portman, y antes a la tinerfeña de Guímar. La elección la realizan los internautas en la web www.coronitasavethebeach.org.
«La experiencia ha sido muy agradable, aunque no he dormido nada, porque he estado hablando con otros huéspedes toda la noche. Dentro ni huele mal ni he pasado frío», afirma Virginia Moreno, una dependienta madrileña en paro, de 34 años, que disfrutó de la primera noche en esta exótica instalación, entre cuyo mobiliario aparecen espejos rotos, lámparas ajadas y sillas desvencijadas recuperadas de dicha basura.
«He dormido dos horas en un saco sin ningún problema. La verdad es que tiene poco que ver con un hotel, pero nos han dado hasta desayuno», dice Ivaylo Haralampier, otro de los hospedados, llegado de Bulgaria.
Remover conciencias
El objetivo de Schult, artista plástico con taller en Colonia y autor de obras como Trash men (una instalación compuesta por miles de figuras humanas a tamaño natural fabricadas también con basura), es «remover conciencias ambientales», como afirmó ayer en la presentación del hotel.
«Con esta obra quiero denunciar que el mar se ha convertido en el mayor depósito de basura de nuestro planeta, donde yace el legado de los inconscientes más salvajes de la era del consumo», añadió Schult.
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