Sara Carreira/LA VOZ. 6/1/2011
En la frustrada serie de ciencia ficción Flashfoward, el FBI descubría que en un punto de África cientos de aves habían caído de golpe del cielo mientras los habitantes de la zona perdían el conocimiento al unísono durante unos minutos. La imagen de los animales, que tal vez quede en los anales de la televisión de serie B, se ha repetido en este año nuevo en dos estados de EE.?UU. y en Suecia, y las alertas -ciudadanas y gubernamentales- han saltado. ¿Qué está ocurriendo?
Como es obvio, las autoridades de todos los municipios afectados no quieren pronunciarse sin datos suficientes, y anuncian investigaciones para esclarecer los sucesos. Sin embargo, entre los científicos no parece existir preocupación, y así el director del laboratorio ornitológico de la Universidad de Cornell, John Fitzpatrick, recordaba en el diario New York Daily News que se trata de un fenómeno «bien conocido». Hay voces que recuerdan que este hecho no es tan extraño, y que desde los años ochenta se ha registrado casi una veintena, aunque es sorprendente la concatenación de accidentes.
Los expertos aluden a la delicada naturaleza de los pájaros. Los motivos que causan su muerte masiva son atmosféricos -un tornado, una tormenta, granizo...- o la acción humana -fuegos artificiales, por ejemplo.
El primer caso de este año ocurrió en Bebee, Arkansas. El 1 de enero aparecieron muertos unos 5.000 turpiales alirrojos -de la misma familia que los mirlos- en la ciudad y las autoridades barajan varias posibilidades: una opción es que fuegos artificiales de la Nochevieja obligasen a los animales a volar de noche y chocar, posiblemente contra las líneas eléctricas, ya que no son aves nocturnas y al viajar en enormes bandadas, la equivocación de los primeros puede ocasionar una masacre; otra opción es que las tormentas que asolaron la zona los arrollasen, en un efecto parecido al de una lavadora. El informe preliminar de los veterinarios apunta a que los pájaros sufrieron un «agudo trauma físico que les provocó una hemorragia interna y la muerte» en el aire; «no hay señales de ninguna enfermedad crónica o infecciosa», se especifica.
Otra vez en pocos días
La cosa no tendría más importancia si unos días después no se repitiese en Pointe Coupee, Luisiana, en un pueblo situado a unos 450 kilómetros al sur de Bebee, con 500 mirlos y estorninos -son del mismo orden de aves que los turpiales, los passeriformes- muertos en un tramo de la autopista. El veterinario estatal de Arkansas George Badley dijo a la CNN , según recoge la agencia DPA , que ambos sucesos no deberían estar relacionados, ya que no se registró ningún incidente similar en la larga distancia que separa las dos localidades.
Por si lo anterior fuese poco extraño, el martes aparecieron unas cien grajillas -también passeriformes, uno de los principales órdenes de aves- en una localidad del sur de Suecia, Falköping. Los pájaros aparecieron muertos por la tarde y están siendo analizados por los veterinarios.
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