R. R. / LA VOZ, 06/06/2017
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| TONI LONGUEIRA |
Cada año se consumen en el mundo seis trillones de cigarrillos. La inmensa mayoría, 4,5, acaban tirados en calles, parques ríos, bosques, praderas o en el mar, lo que supone un grave prejuicio para el medio ambiente. Las colillas constituyen, de hecho, la primera fuente de basura en el mundo. Suponen el 30 % del total de desperdicios, por delante de las bolsas de plástico, envases de alimentos y botellas. Esta, al menos, es una de las conclusiones del estudio Contaminación ambiental por colillas. El tabaco de cuarta mano, presentado ayer por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebró ayer.
Contrariamente a lo que pueda parecer, el plástico no encabeza el ránking de residuos vertidos al entorno. En el 2016, casi 800.000 voluntarios de un centenar de países, incluido España, reclutados por la oenegé Ocean Conservancy, peinaron más de 4.000 kilómetros de costa y recogieron más de ocho millones de kilos de basura en las playas. Las colillas ocuparon el primer lugar, con más de 2,1 millones de kilos recogidos de restos de pitillos, más del doble que de las botellas de plástico (más de un millón) y de envases de alimentos (cerca de 900.000). En España, las diferencias aún fueron mayores, ya que por cada botella de plástico se hallaron 18 boquillas de cigarros.
Una colilla puede tardar entre ocho y doce años en degradarse, con lo que el problema se agrava. Pero el mayor riesgo son los elementos tóxicos que se encuentran en sus filtros.
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