M. CEDRÓN / la voz 01 de julio de 2013
Un estudio elaborado en el Brigham and Women's Hospital de la Escuela de Medicina de Harvard concluye que las personas de más de 45 años que viven solas tienen más riesgo de morir de una enfermedad cardiovascular. El vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, José Luis Palma, está de acuerdo con esa teoría de que la soledad rompe el corazón. Tampoco le es extraño el resultado del estudio porque, como explica, «en contra de lo que podría pensarse, muchas personas que de repente se quedan solas tienen una calidad de vida peor y su salud empeora porque no hacen ejercicio, comen peor y su estado anímico es más bajo porque no comparten las vivencias con los demás». Por eso advierte de que no hay que dejarse ir.
-La cuestión, en definitiva, es que algunas personas acaban dejándose más cuando se quedan solas
-Hay casos, fundamentalmente cuando tienen más de 45 años, en que se vuelven más dejadas. Cuando estaba en Pamplona recuerdo que había lo que se conocía como el síndrome ASA (ambulante, soltero y alcohólico). Eran varones que estaban solos, se cuidaban poco y, ante tales hábitos, aumenta el riesgo cardiovascular.
-¿Qué individuos tienen mayor riesgo?
-Normalmente ocurre a varones que enviudan después de haber vivido en pareja durante varios años. Hay un estudio muy curioso cuyo autor se molestó en recorrer los cementerios suecos para saber las diferencias que mediaban entre la muerte de los dos cónyuges. Resultó que las viudas vivían mucho más que los viudos.
-Además de cuidarse, qué ayuda
-Las personas que conviven con un animal doméstico viven más y mejor que aquellos que viven solos pero no tienen ningún animal.
-¿Hay diferencia de vivir solo en una ciudad o en el medio rural?-En Galicia, con tanto minifundio, hay estudios que han servido como elemento de referencia. Es verdad que en las pequeñas aldeas las personas se ayudan más, y por contra, en grandes ciudades resultamos personas más anónimas.
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