Reunión en Madrid para buscar compañero ideal de piso

La Noche del Piso Madrileño concentrará a aquellos que busquen piso o habitación, provistos de pegatinas verdes, y a los caseros que busquen inquilinos o compañeros, con pegatinas rojas.

EFE 13/9/2011

Medio centenar de personas se han citado mañana en un local del barrio madrileño de Malasaña para tratar de encontrar a la persona idónea con la que compartir piso y dar de este modo un toque mas «humano» al tradicional anuncio del periódico o de Internet. La Noche del Piso Madrileño, como se ha denominado la idea, se lleva a cabo desde hace cinco años en Barcelona, y es la primera vez que se realiza en Madrid, donde a partir de ahora está previsto repetir estos encuentros todos los últimos miércoles de cada mes.

Provistos de pegatinas verdes (quienes buscan vivienda para alquilar o compartir) o rojas (para los potenciales caseros o compañeros de piso), hay ya apuntadas entre 50 y 60 personas para asistir mañana a la primera Noche del Piso Madrileño, las mismas que permite el aforo del local Elsite de Madrid, donde se va a celebrar.

El responsable del establecimiento, Daniel Heras, ha explicado que la idea es «humanizar» la búsqueda de inquilino, de casero o de compañero de piso, «uno de los bienes más preciados -ha dicho- que tiene una persona» y por eso «lo normal es compartirlo con alguien de nuestro agrado».

Para asistir a este evento es obligatorio rellenar antes el formulario que aparece en la web de Elsite y posteriormente consultar la oferta de alquileres en el portal de Internet idealista.com, promotor de esta iniciativa en Madrid, junto con el local de Malasaña.

La asistencia a estos encuentros para buscar piso es gratuita, incluso el local ha organizado mañana una pequeña fiesta de inauguración en la que invitará a los participantes a tomar una consumición mientras se conocen y dialogan sobre las características y el precio del alquiler o de la habitación, y sobre los gastos de la vivienda que va a compartir.

Una vez que inquilino y casero han llegado a un acuerdo verbal, los organizadores del evento quedan al margen y dejan que ellos solos visiten la vivienda, arreglen las condiciones de pago o que realicen cualquiera de los trámites normales en estos casos. Se busca, en definitiva, «una utilidad social para una necesidad» que está patente cada día en Internet, en los anuncios de la prensa o incluso, en los tablones de locales públicos, ha explicado Heras.