Hace un par de veranos os contaba la terrible historia de unas hormigas que se convertían en una especie de zombi por culpa de la acción de un hongo. No están solas en esto del horror entomológico.
Recién acabo de leer sobre la suerte de las orugas de la polilla gitana, a las que un virus logra volver locas alterando su comportamiento natural. Estas orugas, suben a los árboles por la noche para alimentarse de hojas y descienden a la seguridad del suelo por el día para evitar a los depredadores.
Sin embargo, según cuenta la entomólogo de la Universidad Estatal de Pennsylvania Kelli Hoover, cuando estos baculovirus infectan a las orugas, estas no descienden al suelo sino que mueren sobre las ramas de los árboles de una forma realmente horrible.
El virus consume casi por completo el cuerpo de la oruga creando más y más virus. Además, los cambios infligidos en el ADN de la oruga por el baculovirus hacen que esta literalmente se derrita convirtiéndose en una especie de charquito en el que pululan millones de virus, que finalmente terminan goteando desde la rama a las hojas de árbol que hay por debajo.
Las pobres orugas que tengan la mala suerte de comer de estas hojas infectadas caerán presas también del baculovirus. ¡Una estrategia horrorosa digna de una película de serie B!
Descubrí esta historia leyendo National Geographic. (La imagen de la oruga le encontré en Cirrusimage.com).
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