Ángel Varela /LA VOZ 16/10/2010
El arte del desplazamiento. Es uno de los apelativos que mejor define el deporte consistente en realizar recorridos por lugares urbanos que presenten obstáculos, y que sus practicantes superan a base de diferentes clases de saltos. En A Coruña un grupo de jóvenes practica desde hace años una disciplina atlética nacida en Francia en los años 80 y conocida como parkour . Además de sano, su práctica es barata. Los aficionados -conocidos comotraceurs - no necesitan pabellones ni otro tipo de instalaciones. Un parque o los alrededores de una escalinata son suficientes para que sus seguidores disfruten de una tarde de sudor. El único problema aparece con la incomprensión de algunos viandantes. «A veces nos llaman gamberros e incluso acaban llamando a la policía cuando estamos haciendo parkour . A mí me ha pasado varias veces en los cuatro años que llevo practicándolo», explica Astrael, uno de los más veteranos practicantes de la ciudad. Roberto, Zont, Julio o Alejandro asienten por haber vivido la misma experiencia. Pero nadie se enfrenta a los puntuales problemas de comunicación con aquellas personas que desconocen que el parkour es un deporte de ámbito mundial. «Cuando alguien nos dice algo simplemente nos vamos. El respeto es fundamental cuando se practica parkour », señala Roberto. «También hay gente que reacciona muy bien cuando nos ve en los parques y que incluso forman un público que llega a aplaudirnos», añade.
El arte del desplazamiento. Es uno de los apelativos que mejor define el deporte consistente en realizar recorridos por lugares urbanos que presenten obstáculos, y que sus practicantes superan a base de diferentes clases de saltos. En A Coruña un grupo de jóvenes practica desde hace años una disciplina atlética nacida en Francia en los años 80 y conocida como parkour . Además de sano, su práctica es barata. Los aficionados -conocidos comotraceurs - no necesitan pabellones ni otro tipo de instalaciones. Un parque o los alrededores de una escalinata son suficientes para que sus seguidores disfruten de una tarde de sudor. El único problema aparece con la incomprensión de algunos viandantes. «A veces nos llaman gamberros e incluso acaban llamando a la policía cuando estamos haciendo parkour . A mí me ha pasado varias veces en los cuatro años que llevo practicándolo», explica Astrael, uno de los más veteranos practicantes de la ciudad. Roberto, Zont, Julio o Alejandro asienten por haber vivido la misma experiencia. Pero nadie se enfrenta a los puntuales problemas de comunicación con aquellas personas que desconocen que el parkour es un deporte de ámbito mundial. «Cuando alguien nos dice algo simplemente nos vamos. El respeto es fundamental cuando se practica parkour », señala Roberto. «También hay gente que reacciona muy bien cuando nos ve en los parques y que incluso forman un público que llega a aplaudirnos», añade.Y es que el arte del desplazamiento implica una filosofía contraria al resto de los deportes. El objetivo no es ganar ni ser el mejor. No existe la competición. «Es un deporte de compañerismo y que busca la maduración mental. El grupo te sirve para sacar ideas de los demás y para recibir consejos sobre lo que estás haciendo, ya que los otros practicantes te ven desde fuera y pueden corregirte errores», señala Roberto. Y es que el parkour no solo está compuesto por espectaculares saltos . Un traceur puede estar diez minutos concentrándose antes de realizar un salto que le ayude a superar un obstáculo.
El boca a boca e Internet son los principales vehículos que extienden elparkour entre los jóvenes. El parque Europa, el de Santa Margarita o las escalinatas son algunos de los lugares predilectos de estos deportistas en A Coruña, que se desplazan en ocasiones a otras ciudades españolas para reuniones de la especialidad -conocidas en la jerga parkour como RT-. Y es que el arte del desplazamiento parece haber llegado para quedarse. «Nos parece mejor hacer parkour que botellón», concluyen entre sonrisas.
Bueno, parece un deporte con mucha filosofía.
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