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viernes, 22 de octubre de 2010

El maíz brota con tornillos en la Terra Chá

Un ganadero de Castro de Rei halla sus cultivos sembrados de piezas metálicas 
Xosé María Palacios / LA VOZ    22/10/2010 
Una cosecha de maíz depende en su inicio en su desarrollo y en su final de las condiciones meteorológicas, que obligan a los ganaderos a mirar al cielo para que no caiga sobre sus cabezas, como temían Astérix y sus vecinos de la aldea gala cuando se avecinaba una tormenta. Pero lo que parece extraño y, sin embargo, ha resultado real es que una cosecha de maíz quede sin recoger por culpa de clavos, puntas y tornillos. 
Esos objetos no forman el catálogo de una ferretería o de un vendedor ambulante, sino que están en el medio de las abundantes espigas de varias fincas del ganadero Dositeo Barja, dueño de una explotación de más de cien vacas en el concello chairego de Castro de Rei. 
La recogida de cereal, favorecida por el buen tiempo, se encontró el domingo con el contratiempo de las piezas metálicas. La sorpresa fue mayúscula, y sus consecuencias, inmediatas: las operaciones se suspendieron, y no precisamente por culpa del mal tiempo, sino debido a la presencia de objetos que atascarían el funcionamiento de las máquinas y acabarían por causarles averías. 
Si extraño resulta el fenómeno de ver clavos o tornillos incrustados en el tallo de este cereal, indispensable en la alimentación del ganado, más raro le resulta al dueño de las fincas, que suman una extensión total de 18 hectáreas, encontrar una explicación mínimamente racional para el fenómeno. Solo asegura que nunca ha pasado algo así en la parroquia, extremo que ayer confirmaban otros vecinos, aunque además de lamentarse se ha puesto manos a la obra: ayer, con la colaboración vecinal, este ganadero recorría sus fincas tras haber contratado una máquina detectora de metales para encontrar todos los posibles y salvar la cosecha. 
Ante el temor de cercanas lluvias, las prisas parecían aparcar conjeturas sobre quién pudo poner los objetos metálicos, aunque el dueño de la finca sí rechazaba una hipótesis. «O xabarín non os puxo», dijo.
A ver si, por lo del hierro, va a ser bueno para la anemia.

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