Un excéntrico millonario, reelegido presidente de la federación mundial de ajedrez

Kirsán Ilyumzhínov afirmó en una entrevista que los alienígenas trajeron el ajedrez para la Tierra y que si el deporte no se populariza el planeta será atacado.

Político, multimillonario y amigo de los extraterrestres. Con este perfil, el ruso Kirsán Ilyumzhínov, de 48 años, logró la reelección para el cargo de presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Ilyumzhínov ha dado el jaque mate a su compatriota y ex campeón mundial Anatoli Kárpov por 95 votos a 65.

Ilyumzhínov encabeza esa federación desde noviembre de 1995 y recientemente dejó, tras 17 años, el cargo de gobernador de la república budista rusa de Kalmikia. En Elista, su capital, hizo construir una Ciudad del Ajedrez.

Durante toda la campaña, los partidarios de Kárpov acusaron a Ilyumzhínov de corrupción y de fraude en la elección. Además, afirman que el multimillonario ha provocado la pérdida de popularidad del ajedrez y que ha ridiculizado a esta disciplina al relatar a los medios de comunicación sus contactos con una civilización extraterrestre.

Sus opositores seguramente se refieren a la entrevista a Ilyumzhínov que sacó el periódico británico The Independent la semana pasada. El presidente de la FIDE afirma que los alienígenas trajeron el ajedrez para la Tierra y que si no hay un numero determinado de personas que lo practican en nuestro planeta, sufriremos un ataque extraterrestre. «Si mil millones de personas juegan al ajedrez, el mundo tendrá una energía positiva», afirmó.

En su cargo como presidente de la federación también ha propuesto al alcalde de Nueva York comprar parte de los terrenos cerca de la zona cero de la ciudad, donde antes existían las torres gemelas, para ahí construir el World Chess Center (Centro de Ajedrez Mundial). Según él, esa sería la mejor manera de acabar con la división de la sociedad americana.

Kirsan Ilyumzhinov, cuyo nombre significa prosperidad en tibetano, logró ser campeón absoluto de ajedrez en Kalmikia con tan solo 14 años. Tras estar en el Ejército soviético, regentó una compañía ruso-japonesa de compraventa de coches que le convirtió en un millonario.

Mucho de lo que gana invierte en la construcción de templos religiosos. Ya ha ordenado levantar espacios budistas, judíos, ortodoxos o mezquitas musulmanas. Tras tener una conversación con Juan Pablo II en 1993, incluso construyó una catedral católica en Kalmikia, donde en la época había solo un católico.

Por si acaso, habrá que echar una partidita.