DPA 5/9/2010
El cohete unipersonal y «low cost» diseñado por dos daneses no logró moverse hoy ni un milímetro en su primer intento de lanzamiento en un lugar situado a 20 kilómetros de la ciudad portuaria de Nex en Bornholm, Dinamarca.
El «Heat-1X-Tycho-Brahe» apenas despidió un pequeño hilo de humo ante las cámaras y los voluntarios del equipo que trabajo en el proyecto. Por lo demás, no ocurrió nada.
El portavoz del proyecto explicó que se trató de un defecto en una válvula. El objetivo era que el cohete de nueve metros de largo se elevara hasta los 30 kilómetros de altura con un muñeco de 70 kilogramos como único ocupante.
Los dos líderes del proyecto, Peter Madsen, inventor en sus ratos libres, y el ingeniero aeronáutico Kristian von Bengston, mantienen la intención de probar el cohete ellos mismos dentro de cuatro años si las futuras pruebas tienen éxito.
El proyecto había atraído la atención internacional y la ilusión de que se pudiera explorar el espacio con medios más sencillos y asequibles.
La fabricación del «Tycho» se hizo con los materiales más simples que encontraron los diseñadores.
Como protección contra el calor emplearon láminas de corcho que adquirieron en una tienda de alfombras, mientras que la mayor parte de tuercas y tornillos las compraron en un almacén. Contra el congelamiento de los sistemas compraron simplemente secadores de pelo. En total, la fabricación costó poco más de 40.000 euros.
Parece cosa de Pepe Gotera y Otilio.
El «Heat-1X-Tycho-Brahe» apenas despidió un pequeño hilo de humo ante las cámaras y los voluntarios del equipo que trabajo en el proyecto. Por lo demás, no ocurrió nada.
El portavoz del proyecto explicó que se trató de un defecto en una válvula. El objetivo era que el cohete de nueve metros de largo se elevara hasta los 30 kilómetros de altura con un muñeco de 70 kilogramos como único ocupante.
Los dos líderes del proyecto, Peter Madsen, inventor en sus ratos libres, y el ingeniero aeronáutico Kristian von Bengston, mantienen la intención de probar el cohete ellos mismos dentro de cuatro años si las futuras pruebas tienen éxito.
El proyecto había atraído la atención internacional y la ilusión de que se pudiera explorar el espacio con medios más sencillos y asequibles.
La fabricación del «Tycho» se hizo con los materiales más simples que encontraron los diseñadores.
Como protección contra el calor emplearon láminas de corcho que adquirieron en una tienda de alfombras, mientras que la mayor parte de tuercas y tornillos las compraron en un almacén. Contra el congelamiento de los sistemas compraron simplemente secadores de pelo. En total, la fabricación costó poco más de 40.000 euros.
Parece cosa de Pepe Gotera y Otilio.
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