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miércoles, 8 de febrero de 2017

Adopta una borrasca gallega por 219 euros

Un instituto alemán permite poner nombres a las bajas y altas presiones que afectan a Europa para subvencionar estudios
Susana Acosta / LA VOZ, 08/02/2017
EDUARDO PEREZ
Ahora que todavía estamos sufriendo las consecuencias del tren de borrascas formado porJürgen, Kurt y Leiv, que padeció Galicia la pasada semana, surge el interrogante sobre quién pone los nombres de estas bajas presiones. Pues bien, la respuesta resulta sorprendente. Cualquiera. Es decir, poner el nombre que se nos antoje a una borrasca o a un anticiclón que afecte a nuestra comunidad es posible. Tan solo hay que disponer de 219 euros para las bajas presiones y de 319 para las altas. Así de sencillo. Basta con rellenar una solicitud, formalizar el pago y enviarlo todo a través de un fax, correo ordinario o electrónico al Institute für Metereologie, de la Universidad Libre de Berlín, una de las más prestigiosas de Alemania. En su página web, el instituto explica que la finalidad de este servicio no es lúdica, sino que con ello se financian investigaciones climatológicas y meteorológicas. De este modo, engrandecer nuestro ego bautizando con nuestro nombre una borrasca, ciclogénesis explosiva o anticiclón nos permitirá contribuir a una buena causa y recibir en casa documentación sobre el fenómeno que llevó nuestro nombre. Además, estas denominaciones se utilizan en los servicios meteorológicos y son adoptadas por los medios de comunicación.
El instituto alemán también explica que la tradición de adoptar estos fenómenos meteorológicos viene de antiguo. La idea surgió en 1954 de la mano de Karla Wege, estudiante entonces de este instituto y posteriormente mujer del tiempo en el segundo canal de televisión alemana. Desde entonces esta entidad, que también se encarga de la previsión meteorológica, es la responsable de poner los nombres a las altas y bajas presiones que afectan a Europa central.
El «Klaus», por Klaus Schümann
Así, en la lista de nombres bautizados por este instituto figuran algunas borrascas y ciclogénesis explosivas muy conocidas en nuestra comunidad como el Klaus en el 2009, que fue adoptado por Klaus Schümann, o más recientemente la ciclogénesis Hermann en el 2015, bautizada por Hermann Löffelmann. Las borrascas del tren del que todavía nos estamos recuperando recibieron estos nombres por Jürgen Karsten, Kurt Widemann, Leiv Tholander.
«No se permiten, por ejemplo, nombres de empresas, pero hasta donde sé cada vez que hay una borrasca de intensidad todos vamos al mismo sitio, a esta página para saber su nombre. Por ejemplo, Marcel que fue la borrasca del domingo, a nadie le interesó porque no tuvo grandes consecuencias. Resulta más fácil identificar estos episodios adversos», comenta Juan Taboada, de MeteoGalicia, que aclara que estas adopciones nada tienen que ver con las denominaciones de los ciclones tropicales: «En ese caso es la Organización Meteorológica Mundial, que designa al National Hurricane Centre, situado en Florida, y este se encarga de poner nombre a las tormentas tropicales en el Atlántico y en el Pacífico ecuatorial oriental. Les ponen el nombre que quieren, hay una lista con orden alfabético y cada año alternan los nombres masculinos y los femeninos», indica Taboada. En el caso del Institut für Metereologie, también se ordenan por orden alfabético y en los años pares los anticiclones reciben nombres masculinos y las borrascas, femeninos, mientras que en los impares se hace a la inversa.

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