J. Romero / LA VOZ, 30 de enero de 2015.
Paca escogió un mal día para conocer mundo. Este loro, de la especie guacamayo, reside en una casa del lugar noiés de A Barquiña. Lo hace, concretamente, en una jaula de dimensiones considerables en el jardín. Sus alas se desplegaron el miércoles por la mañana cuando, por un despiste, alguien se dejó la puerta abierta. Ella voló y voló pero no avanzó. El mal tiempo, principalmente el fuerte viento, se lo impidió, aunque la lluvia, que cada vez le hacía pesar más, tampoco le ayudó.
Durante el miércoles Paca fue el centro de atención de los vecinos de A Barquiña. Sobrevoló los tejados del lugar, descansaba, volvía a volar, aunque, finalmente, las fuerzas no le dieron para nada más que posarse en un pino de unos 30 metros de altura. Allí pasó la noche y amaneció ayer. Su propietario, que pasó un día y medio de angustia por el cariño que le tiene a su tropical mascota, alertó ayer por la mañana al servicio de emergencias municipal para rescatar a Paca. Pero el mal tiempo volvió a ser un barrera insalvable a esa altura. Las horas pasaban y la humedad y el viento hicieron pasar un mal rato al guacamayo, que tuvo mucho frío y perdió algunas de sus coloridas plumas.
Ansiado rescate
Finalmente fue la grúa de un particular la que posibilitó llegar a lo más alto del pino. Ahora, Paca ya descansa en su casa sana y salva y, habrá que ver, si en el futuro le quedan ganas de volver a conocer mundo.
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