AFP 02 de julio de 2014
El oceanógrafo francés Fabien Cousteau volvió este miércoles a la superficie luego de vivir 31 días en un laboratorio submarino en Florida, con fines científicos y para darle nueva vida al legado de su abuelo, el conocido explorador Jacques-Yves Cousteau. Cousteau, de 46 años, y su equipo retornaron en un bote a la costa de Isla morada, una población en los cayos en el extremo sur de Florida.
«Me siento bien. Un poco cansado. Eché de menos a los amigos y a la familia», dijo un sonriente Cousteau, que portaba aún la parte superior de su traje de buceo bajo una camiseta blanca, en una breve declaración antes de descender a tierra firme. Fabien Cousteau fue recibido con un sonoro aplauso y entre abrazos y vivas por miembros de su equipo en el centro de la Florida International University. A esta institución pertenece el laboratorio submarino Aquarius, que tiene el tamaño de un autobús.
Los «acuanautas» permanecieron 31 días bajo el agua, viviendo en Aquarius a 20 metros bajo el agua en las costas de Cayo Largo, y con salidas diarias para bucear, documentar la vida submarina y realizar los experimentos, enfocados principalmente en el cambio climático y la acidificación de los océanos.
Cousteau dijo antes de zambullirse que esta hazaña servía para «honrar» a su abuelo, el fallecido Jacques-Yves Cousteau, quien hace medio siglo permaneció 30 días bajo aguas del Mar Rojo, una de las múltiples proezas del explorador, famoso por sus decenas de documentales sobre la exploración marina.
Cousteau y su equipo, que contaron con internet en el laboratorio y estuvieron en todo momento en contacto con el mundo exterior a través de las redes sociales y cámaras que transmitían sus movimientos en vivo, tuvieron que someterse a un largo proceso de descompresión por casi 16 horas para readaptarse a la superficie. Desde Aquarius, Cousteau realizó sesiones educativas con escuelas, museos y acuarios a través de Skype.
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