Colpisa 02 de abril de 2013
Es posible llenar el depósito de combustible de zanahorias y que el coche arranque. Solo hace falta haber producido con estas hortalizas bioetanol, tal como propone un grupo de investigadores españoles y argentinos, que están convencidos de que se pueden fabricar cantidades comercialmente explotables a partir de las zanahorias que cada año no llegan al mercado porque su forma o tamaño no cumplían los estándares requeridos. Este compuesto químico, obtenido a partir de la fermentación de azúcares, puede utilizarse como combustible, sustituto de los derivados del petróleo, para automoción o para calefacción.
Solo en España, durante 2010 se cosecharon 420.000 toneladas de zanahorias, de las que el 20% no pudo ser puesto a la venta, por lo que terminaron trituradas, cuando no en el vertedero. La fabricación de bioetanol a través de la fermentación de azúcares es algo común, pero hasta ahora no se habían probado con estas hortalizas.
Investigadores de la UNED, en colaboración con la Universidad Nacional del Litoral, la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (ambas argentinas) y el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (CSIC), han diseñado un método con el que utilizar los desechos de zanahorias para producir bioetanol, un compuesto químico obtenido a partir de la fermentación de azúcares que puede usarse como combustible.
«Ofrecemos una solución sostenible para la reutilización de los descartes», explicó María Luisa Rojas, investigadora del departamento de Química Inorgánica y Química Técnica de la UNED y una de las autoras del proyecto, que se publica en la revista Bioresource Tecnology. «Cualquier producto que posea hidratos de carbono, ya sean simples o complejos, puede convertirse en etanol por fermentación alcohólica», indicó María Luisa Rojas, investigadora de la UNED. Es el caso de la zanahoria, que en su composición posee entre 8 y 10% de azúcares simples y un 1% de almidón.
Proceso conocido
El primer paso del proceso consiste en preparar el mosto. Se procesa la zanahoria en trozos muy pequeños y se somete a una hidrólisis enzimática, con una ruptura de las moléculas de mayor tamaño, formadas por glucosa.
Así, el azúcar de los tejidos queda libre para ser consumida por las levaduras.
A continuación tiene lugar la fermentación etílica, donde se utilizan levaduras -similares a las empleadas para producir vino, cerveza e incluso pan- que son capaces de transformar el azúcar presente en el mosto, en etanol y dióxido de carbono. Por último, el etanol es purificado por destilación. Además de producir bioetanol, la pulpa de la zanahoriaresultante del proceso tiene varias aplicaciones. Una de ellas es servir de alimento para animales. Otro uso consiste en extraer carotenos, los compuestos que le dan su característico color naranja y que son muy utilizados en la industria farmacéutica y alimentaria. Por último, extraer fibras de la hortaliza puede servir para alimentación humana.
Los investigadores están tratando de desarrollar el método de un modo piloto. «Creemos que sí sería posible aplicarlo a gran escala», anunció Rojas. La planta que tienen previsto construir en la provincia de Santa Fe (Argentina) será capaz de procesar entre ocho y diez toneladas al día.
España es, junto a Francia y Alemania, uno de los países que más etanol produce en la Unión Europea a partir de productos agrarios.
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