Microsiervos 6-09-2012
Una de las líneas de investigación nuclear llevadas a cabo en 1955 trató de responder a una simple pregunta: ¿qué beberían los supervivientes en un mundo apocalíptico?
Para responder la Comisión para la Energía Atómica hizo lo que mejor sabía hacer: tirar una bomba nuclear sobre botellas de cerveza y latas de refrescos.
¿El resultado? Incluso las botellas más próximas a la explosión tuvieron una tasa de supervivencia relativamente alta, y sólo las más próximas estaban demasiado contaminadas... pero se podían beber si era imperativo, al menos para sobrevivir a corto plazo.
Aunque algunas de las bebidas evidenciaban un ligero cambio de sabor.
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