Efe 27/3/2009El director del Instituto Energético de Galicia (INEGA), Juan Álvarez Carril, señala que el horario de verano, que comenzará la madrugada del sábado al domingo, supondrá un ahorro energético de entre el 1 y el 3% en Galicia, frente al 5% del resto del Estado.
Álvarez Carril explicó que el 1% corresponde al ahorro doméstico y el 3% al del sector servicios, y precisó que aunque el impacto en la Comunidad gallega es «bastante menor» que en el resto de España, debido a su situación geográfica, el INEGA valora el cambio de horario por su «efecto inductor».
«Por lo menos se habla del ahorro de energía dos veces al año, algo que es necesario, y hoy aún más», afirmó el director del INEGA, quien también destacó que las medidas reglamentarias y de promoción que se implementan para promover el ahorro de energía «necesitan efectividad, que sólo se consigue con el apoyo de la sociedad».
Las estimaciones del INEGA apuntan que el 5% de ahorro de luz que experimentará España con el horario de verano «es equivalente a 300 millones de euros, un dato que dentro de las macroeconómicas no deja de ser un pequeño gesto, pero lo aplaudimos porque es a favor del uso racional de la energía».
Álvarez Carril explicó que el «acomodo» de las horas de luz a las horas de actividad que persigue el cambio de hora «es más coherente en ciertos territorios que en otros, pero por razones administrativas no vamos a acomodar de metro en metro las horas de luz».
El cambio de hora empezó a generalizarse a partir de 1974, cuando se produjo la crisis de
petróleo y algunas países decidieron adelantar los relojes para aprovechar más la luz solar y consumir menos electricidad en iluminación.
En 1981 se adoptó la primera directiva europea, que se renovaba cada cuatro años hasta que en 2001 se decidió adoptar el cambio horario con carácter indefinido.
Y para esto, hay que cambiar los biorritmos de las personas. ¿Merece la pena?, ¿Cuando se hablará de los inconvenientes que produce?.
Álvarez Carril explicó que el 1% corresponde al ahorro doméstico y el 3% al del sector servicios, y precisó que aunque el impacto en la Comunidad gallega es «bastante menor» que en el resto de España, debido a su situación geográfica, el INEGA valora el cambio de horario por su «efecto inductor».
«Por lo menos se habla del ahorro de energía dos veces al año, algo que es necesario, y hoy aún más», afirmó el director del INEGA, quien también destacó que las medidas reglamentarias y de promoción que se implementan para promover el ahorro de energía «necesitan efectividad, que sólo se consigue con el apoyo de la sociedad».
Las estimaciones del INEGA apuntan que el 5% de ahorro de luz que experimentará España con el horario de verano «es equivalente a 300 millones de euros, un dato que dentro de las macroeconómicas no deja de ser un pequeño gesto, pero lo aplaudimos porque es a favor del uso racional de la energía».
Álvarez Carril explicó que el «acomodo» de las horas de luz a las horas de actividad que persigue el cambio de hora «es más coherente en ciertos territorios que en otros, pero por razones administrativas no vamos a acomodar de metro en metro las horas de luz».
El cambio de hora empezó a generalizarse a partir de 1974, cuando se produjo la crisis de
petróleo y algunas países decidieron adelantar los relojes para aprovechar más la luz solar y consumir menos electricidad en iluminación.
En 1981 se adoptó la primera directiva europea, que se renovaba cada cuatro años hasta que en 2001 se decidió adoptar el cambio horario con carácter indefinido.
Y para esto, hay que cambiar los biorritmos de las personas. ¿Merece la pena?, ¿Cuando se hablará de los inconvenientes que produce?.
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