

Estos días la empresa que está asfaltando la carretera que pasa cerca de casa ha contratado un trabajador de lo más eficaz: a pié de obra día y noche, no protesta, no fuma ni va a tomar café, no cotiza a la SS, fiel e inmutable y parece que no cobra. Hasta los vecinos le han cogido tanto cariño que le ponen gorra para el sol o bufanda para que no se resfríe por las noches. El currante perfecto.
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