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domingo, 3 de diciembre de 2017

«Me encontré trescientos euros en el suelo y vengo a devolverlos»

La clienta de un súper de Nigrán entrega un fajo de billetes
Pablo Carballo/ LA VOZ, 02/12/2017
DANIEL PORTELA / PABLO CARBALLO
Dos y media de la tarde del pasado miércoles. María José González, vecina de Camos, entra en el supermercado que Mercadona tiene en Porto do Molle, en Nigrán. Con su moneda en la mano se dirige a la fila de carros, como hace habitualmente, para tomar uno. Pero esta vez algo le llamó la atención. «Vi hacia el suelo y me encontré tirados varios billetes y un resguardo de un cajero automático». En total, trescientos euros y un papelito de los que escupe la máquina junto al dinero. María pudo tomar varias decisiones. Pero la suya, confiesa, no le llevó demasiado tiempo.

«Lo cogí y se lo llevé a la cajera. Me dijo: ‘Eh, ¿y esto?’ Le conté que me lo había encontrado allí y que no era mío. Que venía a devolverlos. Se quedó sorprendida. Lo guardó y dio parte al compañero que estaba en la otra caja por si alguien venía a reclamarlo. Me agradeció lo que había hecho». En cuanto salió del supermercado, pidió difusión a través de las redes sociales. «Conté lo que me había pasado, a ver si así conseguía la mayor difusión posible y aparecía su dueño». En su cabeza, el único dilema media hora después de abandonar el área comercial era encontrarle.
«A lo mejor esa persona es lo que tiene para hacer la compra, para vivir, para pasar este mes... me salió ese instinto de devolverlo, ni me paré un momento a pensarlo la verdad». María José es administrativa. Y no le da a su gesto ni la menor importancia. Cuando le insisten en la tentación de verse con ese pequeño botín entre manos, sin ser advertida por nadie, sonríe y niega con la cabeza. «No sé para otros, pero para mí no tiene ningún mérito, es lo más normal haberlo entregado. Es dinero pero como si fuera cualquier cosa. No es algo mío, sé que no me pertenece y ya está. Que lo recupere quien lo haya perdido, que es lo importante».
El recibo que acompaña a los billetes era la única pista. No solo para llegar hasta su propietario, también para hacerle frente a posibles oportunistas, que vista la difusión del mensaje de María José en Facebook, llegando a miles de personas gracias a los novecientos compartidos que acumuló en apenas unas horas, podían ser muchos. Dinero fácil en busca de dueño. La gerencia del supermercado advirtió a la policía. Y el rastreo del movimiento bancario ha permitido ya a las fuerzas del orden dar con el paradero de su dueño. En las últimas horas, el dinero extraviado ha vuelto a su bolsillo.
Probablemente, no sepa que fue posible gracias a esta clienta. Tampoco espera más gratitud, una vez que ha conocido el desenlace, que la de saber que su gesto ha servido para algo. Vista la conciencia de quien se topó con los billetes, parece sobrar la pregunta de qué haría si se vuelve a encontrar ante una situación semejante. «Otra vez lo devolvería de cabeza, pero sin dudarlo». María José estrena hoy sus vacaciones. Puede tomárselas sabiendo que su honradez le ha devuelto la sonrisa, y el dinero, a alguien.

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