A pesar de lo que pueda parecer, las peticiones de mano en los lugares más insospechados no son exclusiva de los estadounidenses. Es verdad que por aquí es muy raro que un jugador se declare a su novia que lo está viendo y que todo esté preparado para que salga en la pantalla gigante del estadio de turno, y que se lleva mucho más lo de anunciar las bodas con pancartas sobre los pasos elevados de las carreteras. Pero a veces salta la liebre donde menos te lo esperas
Dos portugueses
La historia que vamos a contar es la dos jóvenes portugueses. Él se llama Joao Castro y tiene 27 años; ella, Daniela Ribeiro, cuenta una primavera más. Ambos son de Braga y los dos unos auténticos apasionados del buceo. Hicieron su curso de formación en Viana do Castelo, con el grupo denominado Cavaleiros do Mar y se engancharon por completo. Hasta ahí, todo correcto. Les faltaba sumergirse en uno de los mejores lugares para hacerlo: la ría de Arousa. Y decidieron venir a pasar unos días para darse el gusto. Y, de paso, para cumplir una misión muy especial en la que todos, menos una persona del grupo, fueron cómplices
Para organizar su inmersión en la ría de Arousa, el grupo de portugueses se puso en las manos de una de las mejores empresas del sector en la zona: Náutica Medusa. Prestos y preparados zarparon el pasado sábado, listos para afrontar lo que parecía una inmersión más. Sin embargo, Joao tenía una sorpresa preparada.
La declaración
Al poco de llegar al pecio «Aries», una de las joyas de los fondos de la ría, surgió el gran momento. Joao desembaló una pancarta que tenía preparada y que decía lo siguiente: «Os mellores momentos da vida passamos ao lado de que amamos... Portanto pergunto eu... CASAS COMIGO?
El anillo
Como suele suceder en este tipo de situaciones, la respuesta fue el sí quiero. Llegó después el momento de ponerse el anillo de pedida, que lucía esplendoroso en el fondo del mar y, por último, el de regresar a la superficie para recibir las felicitaciones de todos los compañeros de inmersión.
El plan
Joao dice que se decidió a ejecutar el plan apenas unos días antes de llegar a Galicia y para ello contó con el inestimable apoyo de sus compañeros de los Cavaleiros do Mar. La idea estaba perfilada pero había que conseguir que la interesada no se enterara de todo antes de tiempo y desbaratara la sorpresa. Dice el joven prometido que no fue demasiado fácil porque «ela andaba desconfiada». Eso sí, lo que nunca se imaginó Daniela fue que su novio lo organizara todo como para llevar tanto la pancarta como el texto al fondo del mar y declararse de esa forma tan particular. No se lo esperaba de ninguna de las maneras.
Dos años de relación
Joao y Daniela llevan un par de años de relación. Para él, «moito tempo». El suficiente, desde luego, como para tomar una decisión de semejante calado que, desde luego, ya debía tener más que meditada en su fondo pese a que sorprendiera a todos con sus acuáticas formas.
Todavía no hay fecha
Dice Joao que el compromiso ya está oficializado pero que con el ajetreo todavía no han tenido tiempo para fijar la fecha de la boda. Parece que se lo van a tomar con calma porque apunta al mes de septiembre del año que viene como la más probable para que se produzca el enlace. Hay margen, por lo tanto, para que se lo piensen bien. Aunque, al menos él, parece bastante convencido de la decisión que tomaron el pasado sábado.
Volverán
Está claro que, después de lo que sucedió a la vera del pecio Aries, la intención de Joao y de Daniela es regresar pronto a las aguas de la ría de Arousa porque, «agora é un sitio especial para nós», asegura. Lo harán en cuanto puedan y, seguro, que acompañado por sus amigos de los Cavaleiros do mar.
Encantados con lo visto
La emoción del momento no dejó mucho margen para que Joao y Daniela pudieran fijarse en demasía de los magníficos paisajes submarinos de la ría. Pese a ello, el feliz prometido asegura que lo que pudieron ver les gustó «muito». Disfrutar, seguro que disfrutaron.
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