El entierro se vuelve ecológico

El sector evoluciona para adaptarse a ceremonias laicas y «verdes»

SARA CARREIRA / la voz 01 de noviembre de 2012 

La progresiva disminución de los servicios funerarios en iglesias y de los enterramientos en cementerios ha dado paso a un tipo de despedida más laica y ecológica. Este último aspecto es fundamental para entender las nuevas propuestas de un sector que intenta adaptarse a los tiempos y a las necesidades de la sociedad.

La apuesta principal es ofrecer una alternativa para depositar las cenizas del ser querido de una manera acorde con las prioridades sociales. E en este sentido hay varias opciones: conseguir que de alguna manera la persona vuelva a la naturaleza y reinicie el ciclo de la vida, o crear algo que pueda estar cerca del familiar que sobrevive.

Del primer grupo de posibilidades destacan las nuevas urnas ecológicas. Se trata de recipientes hechos en material biodegradable que están pensados para fundirse con el entorno. Son cofres de arena prensada, corcho, cartón o sal. Estas últimas no se aconsejan para utilizar en la tierra, ya que están diseñadas para depositar en el mar; el resto puede valer tanto para enterrar como para hundir. En el caso de dejarlas en la tierra, incluso se puede incorporar unas semillas o un árbol en sus estadíos iniciales para que enraíce en el lugar; el recipiente desaparecería en unos pocos meses. Los precios son variados, pero suelen oscilar entre los 100 y 200 euros.

La opción de convertir las cenizas en una pequeña joya o de guardarlas en un cofre al estilo relicario también gana adeptos cada año. La diferencia es que el precio es mucho mayor, y la familia debe aceptar el hecho de que la persona fallecida esté siempre presente. En Suiza comenzaron a realizar diamantes con las cenizas y ahora hay una empresa española que se encarga de atender este mercado. Según la opción elegida se puede conseguir un diamante desde 0,2 quilates a 2, aunque el coste es elevado -de 3.500 a 28.000 euros-. Este precio tiene que ver con el proceso, que supone obtener todo el carbono existente en las cenizas a través de la tecnología HTHP -presión a altas temperaturas- y que lleva varias semanas. El color, siempre en azules, se debe a la concentración de boro en las cenizas y varía según la persona.

En cuanto a las cenizas guardadas en joyero, hay desde cajas hasta colgantes realizados en plata o en oro.

Fotos en el cementerio

Si los servicios funerarios se hacen verdes también se vuelven tecnológicos. Hay páginas web en las que se recuerdan a las personas queridas con todo tipo de información. Y lo último es aplicar los llamados códigos QR a las lápidas; así, el deudo solo tiene que escanear el adhesivo con el teléfono inteligente para obtener toda la información que la familia desee, desde fotos a vídeos o escritos.