Raquel Rodríguez | La Voz Digital 17/11/2011
El código de barras compone el ADN de las compras, y es un símbolo de la sociedad de consumo. Superada la treintena en España, explora nuevos caminos en un momento en el que las decisiones de compra se fundamentan en una experiencia que exige un valor añadido. Un estropajo fue el primer producto en contar con este sistema en nuestro país y, tras superar las estanterías de supermercados, las perchas del sector textil, o vitrinas de farmacias y expedientes de juzgados, los códigos de barras podrían despedirse de las prendas del gigante Inditex según publica el diario Expansión, en una apuesta por el uso de etiquetas inteligentes a través de la tecnología de identificación por radio frecuencia (RFID).
Esta decisión situaría en el mapa de las compras nuevos sistemas de gestión de datos hasta ahora poco utilizados a gran escala por su elevado coste, pero que pueden suponer un ahorro en las cadenas logísticas, ya que una etiqueta RFID tiene un precio aproximado de 0,03€ frente a los 0,10€ de una de papel.
La identificación por radio frecuencia (RFID) es una tecnología incipiente en la industria pero que con el tiempo puede convertirse en cotidiana. Está basada en la utilización de un microchip que identifica al producto al que está adherido, y rastrea su localización a una distancia que oscila entre los 2 cm y los 13 metros. Este tipo de etiquetas pueden triplicar el número de datosalmacenados en un código de barras al uso. Por ello, algunas empresas ya las utilizan para controlar su cadena logística en el seguimiento de grandes cantidades de mercancías.
Los códigos QR o Quick Response se han disparado en los últimos meses. Aunque su aplicación inicial fue la de identificar coches de la industria del automóvil en Japón, su uso se ha extendido a más sectores y cada vez son más frecuentes en periódicos, revistas o vallas publicitarias. Estos códigos de físico cuadrado ofrecen información adicional del producto y su finalidad es direccionar al usuario a una imagen, página web o promoción.
Ser usuario de smartphone es la principal condición para acceder a esta información. Al ser de código abierto, existen muchas aplicaciones de modalidad gratuita para su generación y lectura. En el terreno móvil QR Droid(para el sistema operativo Android) y QR Reader (para iOS de Apple) permiten que los usuarios generen sus propios códigos. Navegadores como Chrome o Firefox también tienen extensiones como QR CodeTagExtension o Mobile Barcoder respectivmente, capaces de convertir una url en un código QR.
Los códigos Bidi comparten apariencia con los QR, pero en modalidad de pago y con orientación comercial. Marca registrada por Movistar en el 2008 y compartida con Vodafone y Orange más tarde, toman su nombre para hacer referencia a la bidimensionalidad compartida por todos los códigos QR, pero han de generarse con una aplicación específica de pago.
Hasta ahora el elevado coste de este tipo de tecnología ha sido un freno para un uso generalizado, pero su abaratamiento y las múltiples aplicaciones que ofrece en diferentes sectores pueden ser la principal baza para su desarrollo masivo. Si firmas como Inditex continúan en esta dirección, abrirán camino para que otras empresas se interesen por la implantación de estos sistemas.
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