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jueves, 14 de julio de 2011

Un mochuelo de orejas, perdido en la torre del homenaje

Una cría de rapaz nocturna sorprendió a los visitantes de la fortaleza monfortina
Francisco Albo  / La Voz  14/7/2011
Los visitantes que se acercaron ayer por la mañana a la torre del homenaje de la fortaleza de Monforte se encontraron con un espectáculo inesperado. En alto de la escalinata de granito que da acceso la esta construcción apareció una creía viva de mochuelo de orejas (Otus scops, en castellano autillo) que probablemente estaba aprendiendo a volar y no fue capaz de regresar al nido.
El personal que atiende a los visitantes de la torre no pudo localizar el nido de donde procede la minúscula ave, situado tal vez en el incluso edificio o en alguna otra construcción del conjunto monumental. Es posible incluso que el mochuelo de orejas estuviera refugiado dentro de la torre y que saliera por la puerta, que había permanecido abierta durante algún tiempo antes de que lo vieran.
En principio llamaron a la Policía Local para que esta, a su vez, de ese aviso a los servicios medioambientais de la Junta, pero después optaron por dejar la creía en el incluso lugar, siguiendo las recomendaciones trasmitidas por un miembro de la Sociedad Gallega de Ornitología, Cosme Damián Romay, que ha participado en investigaciones sobre la avifauna de la comarca de Léemelos. «Lo mejor que se pode hacer con las creías perdidas es devolverlas al nido, y si no es posible localizarlo, a no ser que corran el riesgo de ser atacadas por gatos o por otros depredadores, hay que dejarlas en el sitio donde aparecieron -explica-, porque así cabe la posibilidad de que los padres las localicen».
Supervivencia mínima
Esta solución, añade el ornitólogo, es preferible a llevar las creías la un centro de recuperación de fauna salvaje, porque en cuyo caso su probabilidad de supervivencia es mínima. «Las aves pequeñas que son llevadas a los centros de recuperación sólo sobreviven en un 1% de los casos, así que se no tienen heridas es mejor dejarlas en el entorno donde aparecieron, porque el más normal es que los padres las busquen y las pongan a salvo», señala Romay.
El mochuelo de orejas es la rapaz nocturna más pequeña de la Península y los ejemplares adultos llegan la una altura máxima de en torno la veinte centímetros. ES una especie migratoria de larga distancia que se desplaza incluso a África subsahariana para pasar el invierno, aunque pode vivir de forma permanente en ciertas zonas del sur del continente, como Andalucía, Sicilia o Grecia. Se distinguen de otras rapaces pequeñas polo característicos penachos de plumas que ostentan sobre la cabeza, semejantes la unas orejas.

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