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martes, 24 de noviembre de 2009

Una alternativa fúngica al poliestireno

Curiosidades de la Microbiología de Manuel Sánchez
En la página Microbe World he encontrado esta interesante historia sobre el desarrollo de un nuevo biomaterial.
En el año 2007 Eben Baye y Gavi McIntyre tuvieron la idea de utilizar hongos que crecen sobre la madera para producir nuevos biomateriales. Fundaron la compañía Ecovative Design y en un año solicitaron la certificación de la American Society for Testing and Materials (ATSM) para un nuevo biomaterial llamado Greensulate. Este material está destinado a ser una alternativa a los materiales aislantes utilizados en la construcción. Pero sus inventores le han encontrado otros usos. Lo último que se les ha ocurrido es un sustitutivo para el poliestireno expandido, el famoso "corcho-blanco" que todo niño utiliza como imitación para la nieve en sus belenes. Su invención ha merecido ser reconocida por la revista Popular Science como uno de los inventos del año 2009. Lo han bautizado como EcoCradle.
El Greeninsulate y el EcoCradle se basan en el mismo principio. El biomaterial no se manufactura, se crece. Como sustrato de crecimiento usan desechos agrícolas como las cáscaras del arroz o del trigo. Esas cáscaras son ricas en celulosa y lignina. La materia vegetal se deposita en un molde con la forma que queremos obtener. Sobre dicho restos inoculan a un hongo y lo incuban durante 7 días. En esa semana las hifas del hongo van alimentándose de las cáscaras y creciendo entre ellas. Las enzimas secretadas por el hongo modifican la lignina de forma que se transforma en un material cohesivo. De esa forma se crea un entramado biológico compuesto por restos vegetales e hifas. El entrelazado es muy eficiente. En cada centímetro cúbico hay unos 800 metros de micelio. La densidad y resistencia del biomaterial puede alterarse dependiendo de las condiciones de crecimiento del hongo por lo que pueden crear una gran variedad de biomateriales. Finalmente cuecen el conjunto a unos 65 grados. Esto acaba con la vida del hongo, por lo que no se van a producir esporas ni componentes que puedan causar alergias. El resultado es un material muy parecido al poliestireno pero que tan sólo ha necesitado la octava parte de energía para su obtención.
Hay más ventajas evidentes. El EcoCradle tiene las mismas propiedades empaquetadoras del poliestireno: protección, ligereza, resistencia, acolchamiento; pero no tiene el inconveniente de ser un plástico no biodegradable que persista durante siglos enterrado en un vertedero. Tienen la ventaja añadida de que no son inflamables debido al alto componente de restos de semillas que lleva. Pero la ventaja principal es que estos biomateriales son biodegradables, por lo que no se acumulan en el medio ambiente. De hecho, los fabricantes aconsejan que lo utilices en tu propio jardín como abono o como un producto para añadir al proceso de compostaje.

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