El departamento de energía de Estados Unidos calcula que el 75 % de la electricidad que se requiere para los aparatos electrónicos de un hogar se consume cuando estos se encuentran apagados. Por eso, la industria ha sacado al mercado diferentes modelos de enchufes que, de una manera más o menos sencilla, detectan y anulan lo que se denomina consumo fantasma. En los sistemas más sofisticados, toda la información le llega al usuario vía teléfono, tableta o PC para que sepa exactamente qué cantidad de electricidad gasta cada aparato del hogar.
El modelo más sencillo solo procede al corte de tensión -de forma segura y automática- cuando el electrodoméstico está en stand by un tiempo o funcionando en parado sin recibir señal del mando a distancia; estos lapsos se programan en función del usuario. El siguiente nivel de enchufes es el que además de realizar esa función facilita información al cliente: puede ser a través de una red propia -es el caso de AVM y su controlador del hogar Fritz!box- o usando un sistema estándar -como Belkin con Apple-. Lo único malo es este tipo de enchufes es su precio (sobre 40 euros), que encarece el sistema si se quiere aplicar a toda la casa.
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